A poco más de dos semanas de que Chiquis Rivera se dio una nueva oportunidad en el matrimonio, esta vez junto a Emilio Sánchez, la intérprete confesó que esta historia estuvo a punto de no tener un final feliz. Lo anterior como consecuencia de un inquietante episodio que se presentó poco antes de que se decidieran a darse el “sí, acepto”, y que incluso los hizo temer por su vida.
El peculiar incidente que sufrió Chiquis Rivera justo antes de su boda
Durante el episodio más reciente de “Chiquis and Chill”, el podcast del que es titular, la hija de Jenni Rivera recordó que este día ha sido, sin lugar a dudas, uno de los más felices de su vida. Esto gracias a que contó con la compañía de las personas más importantes para ella y para Emilio, quienes en todo momento procuraran que le pasaran de lo mejor y disfrutaran cada instante.
Aunque ellos hubieran preferido “seguir la fiesta”, la cantante reveló que llegó un momento en el que tomaron la decisión de irse, para así poder descansar y reponerse. Seguido a ellos, varios de sus invitados optaron por hacer lo mismo y abandonaron el recinto en el que se llevó a cabo la celebración.
Precisamente ahí fue cuando todo se salió de control en un segundo y sin que pudieran hacer nada para evitarlo. De acuerdo con los dichos de Janney, nombre real de la artista, todo se desembocó debido a que solo había un ascensor disponible y todas las personas que se disponían a volver quisieron tomarlo al mismo tiempo.
“No me dí cuenta de cuántas personas subieron al elevador. Eran como unas 20, nunca lo hagan. Nos quedamos atrapados en el elevador por dos horas y media”, explicó Chiquis, quien a pesar de que ahora ya lo recuerda con humor, confesó que sí se espantó.
Así lograron Chiquis y su esposo sobrellevar la situación
Además, señaló que Emilio, su esposo, tiene ansiedad, por lo que siempre tuvo claro que debía ser ella quien guardara la compostura. Esta no fue una misión en lo absoluto sencilla, ya que otros invitados que estaban atrapados en el ascensor comenzaron a desesperarse por el calor y el ruido que había a su alrededor.
Afortunadamente, esto quedó en un trago amargo, pues el personal a cargo logró ponerlos a salvo y, aunque tuvieron que esperar un periodo prolongado, nadie salió herido y para todos quedó como una singular experiencia.