Elsa Aguirre es una de las últimas actrices pertenecientes a la época del cine de oro en México que siguen con vida. A sus 94 años, la artista conserva el enorme prestigio que construyó gracias a su amplia trayectoria, donde tuvo la oportunidad de experimentar cosas únicas, incluyendo un enamoramiento que hasta el día de hoy recuerda con nostalgia debido a que jamás pudo concretarse en una relación sentimental.
Elsa Aguirre se sinceró sobre el gran amor que sintió por Ignacio López Tarso
Durante una sincera charla con las cámaras de “Ventaneando”, Elsa Aguirre habló brevemente del tiempo que compartió con Ignacio López Tarso, quien falleció en marzo de 2023, un suceso que todavía tiene presente debido a que el actor fue una persona sumamente especial para ella. Y es que además de ser entrañables compañeros y colegas, llegó a ser también su amor platónico, un sentimiento que aunque cree que pudo haber sido mutuo, simplemente nunca tuvo la oportunidad de trascender a algo más.
“Cuando hice la película con él, fue algo que quedó en nosotros, no sabría decirle qué, pero el caso es que sin vernos, todo el trayecto, el proceso, tanto de él, como mío. Él hablaba muy bonito de mí y yo siempre lo recordaba con mucho cariño. Algo quedó que no fue, sí hubo algo de amor, pero no fue”, explicó la primera actriz, refiriéndose a la época en que grabaron “Vainilla, bronce y morir”, en 1957.
Esta fue la última plática entre Elsa Aguirre e Ignacio López Tarso
Por otra parte, la icónica celebridad admitió que en determinado momento quiso volver a tener contacto con el protagonista de “Macario” y lo consiguió poco antes de que el también político muriera, lo que al menos le dio la oportunidad de despedirse y expresarle cuánto cariño le guardaba.
“Yo busqué su teléfono como pude y lo logré. Él me contestó desde la cama del hospital y le dije: ‘lo único que te quiero decir, es que te quiero mucho Ignacio’, lo que no le pude decir antes. Y él me dijo que también me quería mucho”, concluyó nostálgica Elsa Aguirre, al revivir todo lo que Ignacio López-Tarso le hizo sentir hace casi 70 años.