Un lúcido Eric del Castillo, de casi 90 años, nos recibe en un área de descanso que la producción de la telenovela Vivir de amor preparó para cuidarlo en las grabaciones del melodrama. En sus palabras no hay ni un solo rastro de esa demencia senil que algunos le atribuyen: está perfecto, recuerda cual episodio de su vida y tiene la coherencia que la nueva generación quizás nunca conozca.
“Es lo principal para un actor, tener trabajo, porque un actor sin trabajo se frustra, es que sí se sufre mucho, esta profesión es un poquito cruel, sobre todo cuando empiezas. Cuando quieres ser actor y te metes a esta profesión y no logras lo que tú esperabas, pues hay un poco de amargura. Luego hasta hay un poco de rabia con la vida, pero hay que entender eso, y me gusta hablar mucho con los jóvenes porque les explico que esta carrera es muy eventual, depende de muchas cosas ajenas a ti, depende de tu físico, depende de tu talento, de tu memoria, depende de muchas cosas, de relaciones públicas, de mil factores que se necesitan para tener éxito”, dice Eric del Castillo en una plática con TVyNovelas.
Aunque será en julio de 2024 cuando el intérprete llegue a las nueve décadas, hoy siente que ya entró en los 90.
“Es que cumplí los 89, pero estoy viviendo los 90, ya empecé los 90 porque los 89 ya los cumplí, esos ya se fueron, empiezo a vivir los 90, pero bien, contento. Tengo mis achaquitos, la espalda, la vista, pero fuera de eso, ni reniego, ni nada. Considero que padezco lo normal para mi edad, claro, bendito sea Dios no tengo ninguna enfermedad cruel, ni nada de eso que dicen por ahí. Fíjate que yo fui muy deportista de joven, y además, toda mi vida he llevado una vida sana. Nunca le entré a las porquerías de las drogas. Actualmente no fumo, pero sí chupo, claro que sí. Me echo mis tequilazos. Ahí si no le fallo”.
La muerte de grandes personalidades de la televisión como Ignacio López Tarso y Andrés García le han dejado un profundo dolor a Eric del Castillo, quien asegura que cada vez desconoce a las figuras que comparten escena con él.
“Me da felicidad ver que hay tantos compañeros jovencitos que empiezan sus carreras. Unos ya no tan jovencitos, pero no son de mi época. Y me da alegría por el entusiasmo que le ponen a sus personajes, a su carrera. Pero a la vez me da
tristeza porque no tengo ya compañeritos. Tendré uno o dos, se me han ido mis amigos, me estoy quedando solo. De aquí conozco a Eugenia Cauduro y Gaby Spanic, pues trabajamos en Soy tu dueña, pero apenas si nos tratamos”.