“Soy actriz. Mi nombre real es Ruth Gabriela Goldschmied Guash; nací en la CDMX el 11 de septiembre de 1963".
“Soy hija única del matrimonio entre el campeón mexicano de judo Gabriel Goldschmied, de ascendencia húngara-alemana, y la actriz cubana Carmen Guash; se divorciaron antes de que yo cumpliera un año. Él se volvió a casar, y gracias a eso tengo medios hermanos”.
“Mi niñez fue muy movida; mi mamá se convirtió en corredora de bienes raíces y nos mudábamos de casa a cada rato. Como siempre fui aplicada, se esforzó por tenerme en los mejores colegios. Yo disfrutaba jugar futbol y ser portera, andar en bicicleta y practicar patinaje artístico; hacía figura y salto, y me lastimé las rodillas de tantas caídas. Tengo cicatrices por todos lados (risas)”.
“A los 11 años era una lolita (adolescente seductora); físicamente me desarrollé muy rápido, conocí la coquetería… Empecé a modelar a los 13, participé en comerciales, radio… Encaprichada por salirme de casa, me casé a los 16 con el guapo de la colonia, un dentista recién titulado y siete años mayor. En 1980 nos convertimos en padres de Abril, y opté por estudiar Odontología para lograr más afinidad con mi esposo, pero…”.
“Lamentablemente fracasamos; abandoné la universidad, seguí participando en comerciales, y eso no le pareció a mi esposo. A los 19 años gané La modelo del año, certamen que me abrió las puertas de la actuación, pero también fue la gota que derramó el vaso en mi relación. No quería divorciarme como mis padres, pero llegué a un límite y tomé la decisión a los 21 años”.
“Siendo madre, estudiante y actriz fue duro traer siempre a mi hija corriendo de un lado para otro, o dejarla a veces con la nana o mi mamá; necesitaba tiempo para estar con ella. De hecho, tuve que rechazar ofertas de trabajo; no me arrepiento de lo que hice para darle el tiempo que ella merecía; me ayudó a madurar, porque la responsabilidad te hace crecer”.
“He sido de pocas relaciones, pero duraderas; novios famosos o niños bonitos y frívolos procuré no tener. Cuando actué en la obra Engáñame... si quieres conocí al empresario Raúl Simancas, con quien sostuve relación perfecta durante ocho años; incluso contemplé la posibilidad de volverme a casar, pero no prosperó. Pasé por una etapa difícil que nadie conoce y afortunadamente superé”.
“En agosto de 2005 fundé Código Ayuda, asociación centrada en el rescate de niños y adolescentes en situación de calle. Dos años después concluí una maestría en Responsabilidad Social. Soy muy disciplinada y perfeccionista, aunque a veces me excedo; especialmente con el ejercicio. Para mí es importante sentirme y verme bien para rendir en lo que hago”.
“En noviembre de 2015 me entregaron un doctorado honoris causa por mi labor social, y mis padres me acompañaron a recibirlo. Desde su divorcio, en 1964, se llevaron muy bien. Lamentablemente mi madre murió el 3 de febrero de 2022. Ella nunca será un recuerdo, para mí siempre está y estará presente en mi corazón”.
“Este 11 de septiembre cumplí 60 años, y me siento feliz, plena de desarrollarme con éxito en lo que me he propuesto. Me quedé con ganas de tener más hijos; casarme ya no, estoy en paz. Nunca me he arrepentido de lo que he hecho, cada cosa me permite estar hoy aquí. He aprendido de mis errores, son parte del proceso de crecer. Siempre he dicho que lo mejor está por venir”.