“Soy modelo y actriz. Mi nombre completo es Susana Alejandra González del Río; nací el 2 de octubre de 1973 en Calera, Zacatecas”.
“Soy la segunda hija de tres del matrimonio del carpintero y apicultor José Refugio González y Elvira del Río. Una de sus enseñanzas más grandes son respetar a las personas y nunca juzgarlas por su apariencia”.
“De niña me costaba trabajo trabar amistad con los demás; era muy soñadora, me gustaba estar sola y jugar con mis perritos y muñecas. Trepaba árboles y andaba con la cabeza llena de tierra (risas). Mi hermana Érika me apoyaba en todo, incluso si participaba como pajecita en las fiestas religiosas de mi estado”.
“Mi papá era apicultor; sus colmenas estaban a un lado de la casa, donde vendí miel y dulces. También limpiaba ajos, sacaba chiles de los zurcos… A José y Érika, mis hermanos, nos inculcaron trabajar desde chavitos; mi mamá tenía un salón de belleza y laboré con ella. También me gustaba estar en la carpintería de mi papá, y desde entonces le tengo fobia a las arañas”.
“Participar en el certamen de belleza La Chica TV cambió mi vida. Me propusieron estudiar actuación en el CEA de Televisa, y desistí estudiar Química o Historia; pero no sabía cómo involucrarme en el medio. Al hacer la prueba, de los nervios me enfermé de hepatitis. Cuando fui aceptada, me fui a vivir a la CDMX, aunque lo más difícil fue separarme de mi familia”.
“Conocí a Eduardo Santamarina en la telenovela Velo de novia, cuando él enfrentaba problemas con Itatí Cantoral; nos enamoramos y compartimos cuatro años con altibajos. Estuve dispuesta a darle la hija que él deseaba, pero nuestros caminos fueron tomando rumbos distintos; nos perjudicó que él no fuera libre totalmente. Tuve que tomar terapia psicológica para soportar el dolor de la separación”.
“Tengo dos hijos: Santiago, nacido en marzo de 2009, y Susana, que llegó a mi vida en febrero de 2011. Ambos son fruto de mi relación con el empresario Luis Elías. Aunque nos separamos, él sigue viendo a sus hijos”.
“En abril de 2013 sufrí una tromboembolia pulmonar que pudo costarme la vida. Temí por mis hijos, no volverlos a ver. Desde entonces trato de no llenarme de invitaciones y compromisos sociales que me roben mi espacio con ellos”.
“Conocí a Marcos Montero en 2010 fuera de los foros, y desde entonces iniciamos una relación que aún perdura. Aunque le llevo 14 años, la edad nunca ha sido factor en contra. Es un hombre sano al que no le da miedo nada; nunca me ha dejado sola; nuestra relación está basada en el respeto y el amor, y va más allá de una boda”.
“Desde 2009 cumplo los roles de madre y actriz; ha sido interesante y agotador a la vez, y trato de hacerlo bien, aunque a veces siento que fallo en algunas cosas. Pero luego el cariño de Susana y Santiago me devuelven la confianza cuando me dicen que soy la mejor mamá del mundo. Amo y adoro a mis hijos, y a mi pareja también”.