La muerte de su madre y la pandemia llevaron a Francesca Guillén a obtener ingresos con la venta de cannabinoides, aunque aclara que no es marihuana.
TEXTO: MARIO ROJAS R.
De los escenarios a la promoción de cannabinoides (compuestos químicos que actúan sobre los receptores cannabinoides presentes en el cuerpo humano y liberan neurotransmisores en el cerebro)... Como tantos otros mexicanos, Francesca Guillén buscó una alternativa que la ayudara a subsistir ante la emergencia económica derivada de la pandemia. El trabajo como actriz escaseó, y para obtener ingresos se unió a una red de mercado de cannabinoides, medicina en forma de cápsulas comercializada en Estados Unidos para curar depresión, dolores articulares, artritis y pérdida de peso, entre otros beneficios. En sólo un mes generó ¡casi 30 mil pesos! Te podría interesar: Muertes, crisis y aprendizaje: Lo que la pandemia les ha dejado a los famosos “Es un negocio atractivo y legal. No es marihuana porque no contiene THC, el elemento psicotrópico del cannabis, así que no genera adicción ni hace daño. Es más, si te hacen un examen antidoping, ni siquiera aparecerían residuos. Siempre he sido muy respetuosa de la legalidad, no me gusta saltarme las reglas y aquí no había nada fuera de la ley, por eso le entré”, dice la hija de Alejandro Camacho, quien el año pasado tocó fondo luego de que en 2019 la muerte de su madre, Bárbara Guillén, la cimbró. https://www.instagram.com/p/B2EhAaVDL_s/
“La vida me dio una paliza y mi límite emocional se colapsó”, comenta Francesca, a quien la llegada de la pandemia y sus repercusiones económicas la llevaron a replantearse su existencia misma.
“Mucha gente pensaría que los artistas vivimos en la opulencia y el bienestar permanentes, sin ninguna preocupación, pero nada más alejado de la realidad. Sólo una minoría tiene esa posibilidad, el resto no.
“Aun las estrellas de la pantalla nos enfrentamos a la vida más de lo que cree la gente, y precisamente por ser medio famosos no tenemos chance de buscar otras opciones. No podemos meserear o atender la caja de un súper; digo, seguramente sí podemos, pero hay muchos pudores implícitos en eso”.
“ABRÍA MI REFRIGERADOR ¡Y NO HABÍA NADA!”
En su caso, la escasez de trabajo derivada por la pandemia la ubicó en una verdadera precariedad económica. “Me sentía cansada y triste de pedir ayuda; es una bendición porque siempre hay quien te la da, pero una no puede vivir eternamente pidiendo auxilio. En cierto momento sabes que debes hacer algo para recuperar tu autonomía emocional y económica”. Además, vivió momentos de auténtica emergencia y desesperanza. “En un momento, mi mamá, que luchaba por superar el cáncer, me pidió que la recibiera en mi casa. Le dije que sí, pero también le advertí que no tenía un peso para ayudarla. ¿Sabes la impotencia que provoca eso? Es terrorífico. En otra etapa, ya durante el confinamiento por la COVID, abría mi refrigerador y no había nada. Mi trabajo apenas me daba para cubrir la mitad de mis necesidades primarias”. La vida, dice, la puso en su lugar. “Tener un enfermo terminal y enfrentarte a las instituciones de salud de este país sin los medios económicos necesarios es terrible; la mayoría de las veces te tratan como perro. Así que mi ego ya estaba bien zarandeado, pero no encontraba por dónde. Llevo 15 años aferrándome a ser actriz porque amo la carrera, amo estar en un escenario; sin embargo, hace mucho que no es rentable. No es que cobre mucho dinero por hacer el tipo de teatro que hago, más de autor, no tan comercial”.
“EN MI PRIMER MES GENERÉ COMO MIL 500 DÓLARES”
Por eso, cuando vio en el Facebook de su amigo Jorge de los Reyes la invitación para formar parte de una red de mercado de cannabinoides, se interesó de inmediato, y hoy está feliz. “Sumarme a eso me ha funcionado de manera increíble. Pensé que los dólares llegarían después, pero entre venta directa o afiliados, en mi primer mes generé como mil 500 dólares (30 mil pesos), y va en aumento. Mi economía está resuelta en estos momentos. No digo que soy rica y gracias a eso tengo viajes y lujos, pero mi refri tiene comida, pago los servicios, estoy mentalmente ocupada y no tengo tiempo para la depresión.
“Además, no me mato 14 horas manejando un taxi, no me expongo a que me asalten, trabajo desde mi casa, genero comisiones y lana de la venta directa”.
Todo esto la ha llevado a un cambio total en su forma de abordar la vida. “Siempre he sido alguien inmersa en asuntos sociales, de justicia, y en el momento en que decidí sumarme a este negocio, también decidí cambiar mi discurso, porque no es congruente hablar de bienestar, de salud, de un nuevo espíritu y una nueva visión, y seguir inmersa en la parte más oscura de tu país, de tu profesión, de tu vida”. Recién terminó temporada la obra Que no tiemble tu mirada, y hoy está abierta a cualquier oportunidad actoral: “No sé si algún día retomaré la televisión, el cine o a las series; hace tiempo que no sucede y no está en mis manos. Lo que sí está en mis manos es seguir amando la profesión y procurándome bienestar en todos los otros terrenos”. ¡SUSCRÍBETE A TVYNOVELAS Y TODAS TUS REVISTAS FAVORITAS! Te podría interesar: