”... Una estrella más del Canal de las Estrellas”.- A inicios de los años 90, era el rostro de cápsulas que promocionaba el Canal de Las Estrellas mientras presumían paradisiacos puntos turísticos mexicanos.
En el mundo del espectáculo, Eugenia Cauduro ha sido un rostro inolvidable, tanto por su belleza como por su talento en la actuación y el modelaje. Sin embargo, detrás de los reflectores, la actriz confesó haber enfrentado retos emocionales y oscuros momentos que marcaron su vida.
Hoy, con la madurez que le han dado los años, comparte su historia con sinceridad y el anhelo de inspirar a otros jóvenes. “No todo lo que brilla es oro, y las apariencias engañan. Uno puede ver que alguien está increíble, pero no puedes ver su alma, sus sentimientos e inseguridades. Yo por eso nunca me atrevería a juzgar a nadie. A veces, la gente que más feliz se ve, es la que más triste está”, reflexionó la actriz, recordando su juventud como modelo e imagen de importantes campañas publicitarias.
Aunque la popularidad nunca la deslumbró, sí la afectó profundamente: “Me llegó la fama de un día para otro y fue desconcertante porque yo era un alma libre. Recuerdo que pegaron tanto estos promocionales (cápsulas televisivas de los estados de la República Mexicana) que no podía salir a ningún lado. Me dio mucho miedo y tristeza ver cómo no podía seguir con la vida que tanto amaba”.
“Fueron años intensos, apasionados, desbocados, aventureros”
Cauduro confesó que, desde antes de alcanzar la popularidad, enfrentó una dura lucha contra las adicciones. “Sí, caí en adicciones en algún momento. Mi adolescencia fue difícil, pero qué bueno que no había redes sociales. En las adicciones que caí no es lo importante, lo que importa es que aquí estamos y salimos adelante”, enfatizó.
La actriz de telenovelas aseguró que esos episodios oscuros de su vida la ayudaron a convertirse en la mujer que es hoy.
“No me arrepiento de nada porque todo eso me ha forjado y me ha dado las herramientas para educar a mis hijos con más fortaleza. Siempre he tenido una relación abierta con ellos; saben dónde me caí y de dónde salí. Eso me ha servido para ser su inspiración”.
Sobre su juventud, Eugenia nos dijo: “Fueron años intensos, apasionados, desbocados, aventureros, inconscientes, divertidos. Me han pedido hacer un libro y sí lo quiero hacer, pero pido tiempo. Creo que compartir mi historia puede ayudar a personas a salir de un túnel de oscuridad”.
Hoy, a sus 55 años, Eugenia Cauduro se encuentra en una etapa de plenitud total, disfrutando de la paz que tanto anheló. “Estoy muy contenta por quien soy, conociendo mis fortalezas, mi lado oscuro y mi lado luminoso. Ya sé por dónde moverme”, subrayó.
El reconocimiento más valioso para ella es el de sus hijos, quienes la describen como una madre amorosa y ejemplar. “Es la mejor guía, ha sido una excelente madre, siempre ha estado presente, nos ha inculcado valores y nunca nos ha hecho falta”, nos dijo su hija Luciana, de 18 años. Eugenia concluyó la charla con este medio con un mensaje que resume el aprendizaje que le ha dejado la vida: “No hay que darle gusto a nadie, sino a uno mismo. Hay que amarse y respetarse ante todo. Los valores y principios no son negociables”. Próximamente, quizá, su historia quede plasmada en un libro que promete ser un relato de fortaleza, resiliencia y esperanza.