Un cuadro de salud que le hizo pensar lo peor, así como su sonada ruptura amorosa, llevaron al actor al colapso; sin embargo, sus hijas fueron su mejor refugio y medicina.
A Gabriel Soto le llegó la calma después de tanta tormenta, pues el actor va recuperando la salud después de un 2024 que lo mantuvo al borde del colapso con algunos diagnósticos que le crearon alarma.
“Estuve cuatro veces en el hospital, pero afortunadamente voy muy bien, ya los doctores me dieron de alta, ya puedo regresar a hacer mi vida normal, a hacer ejercicios, boxear, que es una de las cosas que más me gusta hacer, entonces ya retomé esas actividades, el año pasado fue muy complejo, muy complicado en muchos sentidos y yo lo tomo como parte del proceso de la vida”, confiesa el artista en entrevista con TVyNovelas desde los pasillos de Televisa San Ángel, donde ya graba su nuevo melodrama al lado de África Zavala.
La primera crisis de salud del galán comenzó con un problema en sus cervicales, según cuenta, luego le diagnosticaron hipertensión, sacó las plaquetas altas y le tuvieron que hacer una punción en la médula ósea.
“Mandaron la muestra a Estados Unidos, esperé un mes y medio los resultados, pero todo salió muy bien”, admite. Para el actor, no saber con exactitud lo que sucedía con su organismo le generó cierta incertidumbre que no sabía manejar.
“Caí en una depresión terrible, creo que nadie puede entender los procesos por los que uno atraviesa, son una especie de catarsis, entonces hubo mucha angustia, ya que la hematóloga descartó un cáncer porque los indicadores de sangre estaban bien, pero igual tenían que hacerme la punción, que es un momento en el que experimentas muchos sentimientos como el miedo, te cuestionas, me sentía muy mal a nivel emocional”.
Gabriel se sincera en nuestra plática y nos dice que la ansiedad se apoderó de él; sin embargo, dos personitas tuvieron mucho que ver en su recuperación. “Yo no estaba bien, eran muchas cosas complejas, pero en noviembre toqué fondo y creo que después de eso no hay otro camino más que ir para arriba, mis hijas fueron un factor importantísimo que me ayudaron en ese sentido, obviamente mis doctores, todos los estudios que me hicieron y las ganas que le he echado, teniendo una mentalidad positiva, queriendo avanzar sin dejarme vencer por muchas adversidades que sucedieron el año pasado”.
Ahora, el intérprete asegura que nunca había estado tan equilibrado en el trabajo y la vida personal. “Estoy mejor que nunca, creo que toda caída, ruptura, caos, te ayuda a reinventarte, reconectarte y salir adelante. Ha sido un trabajo espiritual, de amor propio. He tomado terapia psicológica, holística, espiritual, herbolaria, y ahí voy, tomando los cuidados necesarios, tomando mis medicamentos, me tocó reestructurarme en muchos sentidos y me siento un hombre nuevo”.
A Soto le ayudó mucho la meditación y el poner en orden sus prioridades. “Tuvo que ver la resiliencia, la determinación, mucha mentalidad y, sobre todo, las ganas de salir adelante, una vez que tocas fondo no hay otro camino que levantare y buscar tu rumbo”.
Encuentra la entrevista completa con Gabriel Soto en nuestra edición impresa de esta semana.