Cuando a Gomita le ofrecieron ser parte del reality El hotel VIP no dudó en aceptarlo, pues estaba terminando el proceso legal en contra de su papá y necesitaba un respiro.
“Yo había metido la denuncia por maltrato físico y psicológico, le dieron sentencia de un año y en el momento en el que me hablaron del proyecto lo que quería era irme de mi realidad, encerrarme y disfrutar otro tipo de vida”, nos dice de entrada la polémica influencer.
Según cuenta la también conductora, a su progenitor le dieron su sentencia de un año, por lo que apeló, ya que no estaba de acuerdo con el veredicto.
“Mi señora madre también puso su denuncia y hace poco fueron sus audiencias, yo me presenté ahí como su testigo y fue muy duro porque veo a mi papá con la misma actitud y es muy complicado, hasta me pongo muy nerviosa cuando hablo de este tema, obviamente me duele porque mi papá no ha creado conciencia del daño que hizo, en las audiencias se pone súper grosero con el juez y tengo entendido que por el caso de mi mamá le dieron su sentencia de cuatro años y nueve meses, lo cual él apeló porque no quiere ir a prisión”.
“He recibido llamadas anónimas”
En exclusiva para TVyNovelas, Gomita revela que el infierno no ha pasado, pues ahora se enfrenta al acoso a través de la vía telefónica.
Es muy difícil porque te da miedo, yo sí tengo miedo de que me llegue a pasar algo porque aparte, hemos recibido llamadas anónimas, mensajes amenazantes y con la única persona que yo he tenido un pleito es con mi papá. Dicen que nos quieren hacer algo, nos amenazan con secuestrarnos, a mi mamá le quieren poner un cuatro (tenderle una trampa), ese tipo de palabras sólo podría usarlas mi papá, él está lastimado porque su sentencia no fue de cinco meses, cuando le dijeron que era cárcel se puso como loco, pero no lo han detenido, no lo han arrestado y eso nos da miedo, tememos que llegue a pasarnos algo y yo siempre lo voy a decir, por eso lo hago público, cualquier cosa que nos llegue a pasar, hago responsable al señor Alfredo Ordaz Barajas, que es mi papá y que me ha golpeado durante mucho tiempo”.
“También soy una chava que viene desde abajo, muy trabajadora, muy resiliente y que en esta ocasión quiero compartir el mensaje de que si yo pude denunciar a mi papá que era persona que me maltrataba física y psicológicamente, sobre todo psicológicamente, ellas también pueden, que no se dejen de sus parejas, porque estamos frente a muchos temas de narcisismo, de manipulación, de psicópatas y que busquen ayuda como yo, ahorita estoy regresando a trabajar sin ningún manager, este es el primer trabajo que tengo sin la ayuda de alguien más que me esté diciendo: ‘Te lo conseguí yo, agradéceme toda la vida porque sin mí no eres nadie’, entonces abran los ojos”, manifiesta a esta publicación.
“Intenté quitarme la vida”
La joven que saltó a la fama en los programas de Televisa, asegura que no sólo es una mujer que se opera por gusto, pues nadie sabe lo que viene arrastrando en el plano emocional.
Una constante mientras estuvo sometida a su padre era la manipulación, así lo refiere a esta revista: “Mi papá me decía que él había peleado por mí, que era quien buscaba los espacios, claro, eso lo agradezco, pero a los ocho años yo no elegí trabajar y me explotó trabajando, me enseñó que eso era normal, me manipuló para normalizarlo, y obviamente había una entrada de dinero, yo no cobre un peso hasta los 25 años, entonces imagínate todo lo que me usaba. El tema psicológico era que sin él no iba a ser nadie, tenía que hacer lo que él me dijera, vestirme como él me dijera, no podía tener amigos, no podía tener pareja, novio, la gente sabe que mi primer novio yo lo tuve hasta los 18 años, o sea, y fue un novio que duramos cuatro años, casi me caso por querer salirme de mi casa, entonces creo que el maltrato psicológico sí necesita una salida para no quitarse la vida, porque yo intenté tres, cuatro veces, quitarme la vida y él lo sabía”.
La famosa expresa que su padre nunca hizo nada para ayudarla, ni en el peor de los momentos. “Jamás recibí ayuda, yo en algún momento le dije que tenía un problema alimenticio, era a mis 21 años, le compartí que tenía bulimia, que vomitaba, que lo comía lo devolvía porque me sentía mal y creía que iba a engordar. Su respuesta fue: ‘Tranquila hija, yo también hago lo mismo, yo también me meto el dedo y vomito, es normal’. Imagínate que tu propio padre te diga eso, fue muy rudo, a mi mamá la critican, pero ella no podía hacer otra cosa, es una señora que se casó a los 15 años, me tuvo a mí a los 16, fue dominada por mi papá y cualquier cosa que ella decía para defendernos también le tocaba su madriza”.
El machismo por parte de Alfredo Ordaz se evidenció en la forma cómo trataba a sus hijos varones, según las palabras de Gomita.
“Con mi hermano Lapicito fue totalmente distinto, sí recibía sus golpes porque no le echaba ganas al trabajo, pero él fue el consentido en el aspecto artístico, a él le sacaron un disco, porque siempre era Lapicito, Gomita y Lapicín, cuando fui yo quien empezó la carrera a los ocho años. Entonces me tocó vivir este tipo de machismo con mi papá, todo era Lapicito, él siempre estuvo a favor del hombre y a mí me hacía menos. Y llegó un momento en el que creí que de verdad no era nadie sin mi hermano, pero no entendía por qué me invitaban tanto a los programas. Era rudo y difícil porque de alguna manera me ponía a pelear con mis hermanos”.
“Pienso demandarlo por explotación infantil”
Justo cuando creía que lo peor había pasado, Gomita recibe otro golpe físico y emocional. “Después de que termino este problema con mi papá, que me dio la golpiza y lo denuncié, me voy a Venezuela a operarme y me hago novia de una persona que me golpeó también y ahí abrí los ojos, me di cuenta que primero tenía que sanar con mi papá y en este momento te puedo decir que no tengo pareja no porque no quiera, sino porque primero debo de sanar, he salido con chavos, pero les he dicho que estoy en un proceso emocional. Me doy la oportunidad, pero no podría aceptar que me griten porque eso lo vengo arrastrando con mi papá y lo que menos quiero es tener otro hombre así al lado. No quiero repetir patrones, pero la gente que venimos de maltrato normalizamos los golpes, aunque ya es cuestión de cada quien si quiere seguir en la mierda o no. En mi caso no quise seguir en la mierda, yo fui a denunciar”.