Hace 22 años, cuando Iliana Fox aumentó su busto gracias a los “beneficios” del bisturí, lejos estaba de pensar que algún día ese retoque estético le traería consecuencias irreversibles a su salud.
El pasado febrero, la actriz tomó una decisión que cambiaría no sólo su aspecto físico, sino su calidad de vida: se hizo una explantación mamaria y juró que nunca más alojaría un cuerpo extraño en su pecho.
“Creo que hacerse daño una misma no es el camino, más cuando es para entrar en los estándares de belleza que alguien se inventó, tenemos que normalizar los cuerpos como son, con celulitis, algunos más grandes, otros más pequeños y, sobre todo, vivir con una buena salud mental, espiritual y física”, dice la artista a TVyNovelas.
Iliana tuvo que enfrentarse al peligro para aceptar el mal que se hizo a sí misma sólo por cumplir con ciertos estereotipos exigidos por la industria del entretenimiento. “La belleza perfecta está en el interior, sí es importante cuidarnos el físico, pero sin hacernos daño, haciendo ejercicios, comiendo bien, durmiendo bien, teniendo buenos hábitos, buenos pensamientos, sobre todo, porque en realidad la belleza viene de adentro”.
Las razones que la llevaron, nuevamente, al quirófano son muy sencillas: “Lo hice por amor propio, amor a los demás y es que claro que las prótesis hacen daño, la enfermedad del implante mamario tiene muchos síntomas, a mí me dio artrosis en la rodilla, y eso no tiene cura, pero yo no sabía que era por eso, tenía mucha fatiga, tenía la piel reseca, se me manchaba con facilidad, se me caía el pelo, no era constantemente, pero tenía épocas muy severas, de pronto me comencé a informar y salí de esa ignorancia en la que estamos sumergidos todos en muchos sentidos y me di cuenta que los implantes me estaban provocando todo eso, yo opté por mi salud, estoy feliz de la vida con la decisión que tomé, más feliz me hace que a través de mi historia pueda yo inspirar a otras mujeres y hombres también, porque hay quienes lo hacen, entonces para que no lo hagan o que se los retiren”.
Ante esta nueva imagen, los piropos no se han hecho esperar, según nos cuenta la actriz en nuestra plática. “Dicen que me quité 10 años de encima, ahora me siento más guapa que nunca, más sana que nunca”. Justo en medio de este momento tan especial a Iliana Fox le llega el éxito de la serie Senda prohibida, disponible en la plataforma de streaming ViX.
El proyecto representó un reto profesional que la llevó a reforzar la lectura y la investigación, pero que al final le dejó las mayor de las satisfacciones. “Vi muchas películas, estudié mucho acerca de la mujer en esa época, vi muchas fotografías, comerciales, documentales, me leí Manual de la buena esposa, me leí otro libro que se llama Azahares, espinas y rosas, entonces fue interesante crear a partir de eso a mi personaje, es un cambio completo, de verdad, hasta la forma de caminar, de dirigirme a mi marido porque en esa época no se le respondía al marido, te callabas y listo. Me costó, pero fue muy bonito porque me hizo agradecer muchas cosas, por ejemplo, en como vivo mi vida el día de hoy”.
En Senda prohibida, la artista interpreta a Irene, una mujer tradicional, educada a la antigua.
Senda prohibida “transcurre en el año 1958 y siempre hay un grado de dificultad porque uno se expresaba de distinta manera, tanto en el lenguaje como en el trato con los demás, hay otros valores, otros modismos, hasta la manera de moverse, de sentarse, de dirigirse a las personas que trabajan en el hogar, había mucha represión, y recrear todo eso, aparte de la ambientación, el vestuario, el maquillaje fue estupendo. Mucho del vestuario que yo uso es completamente original, incluyendo los zapatos, entonces se dedicaron mucho a que nos pudiéramos acercar a esa época”.
La producción de Giselle González también la hizo reflexionar sobre la posición de la mujer en la historia contemporánea. “Pude ver esos pasos tan agigantados que hemos dado como mujeres, que tanto hombres como mujeres han ayudado a que hoy tengamos mucha más libertad, mucha más voz y voto, todavía hay mucho por hacer para poder tener igualdad absoluta, pero la verdad es que sí ha sido un salto cuántico. Yo creo que soy una privilegiada de esta lucha que tuvieron otras mujeres en el pasado, pero nunca me he sentido inferior a un hombre, creo que he tenido mucha suerte porque no he vivido cosas machistas, tengo un papá inglés bastante liberal, entonces, la verdad es que no me tocó. Pero sí te puedo decir que me gustaría que cambiara el hecho de que a la hora de percibir la remuneración económica en el trabajo, hay una diferencia bastante grande, a las mujeres nos pagan bastante menos por el mismo trabajo que hace un hombre. Créeme que es real y hay muchas cosas por hacer, no se me hace justo, eso no está bien, y me refiero a todos los rubros, no solamente al mío”.
A su juicio, “falta trabajar para lograr esa igualdad, porque no sólo está ausente en la de género, existe la racial, la gay, obviamente hay mucho qué hacer. Es un conjunto de cosas, principalmente cambiar nuestra manera de pensar, nuestra ideología y dejar de ser tan ignorantes”. Por el momento, Iliana está en una pausa laboral mientras resuelve asuntos privados. “Estoy ahorita evaluando proyectos, tengo unos cambios de vida importante, estoy en un tema personal y cuando pase eso me tocará ver qué viene, pero todo es muy emocionante, son puertas que se están abriendo en todos los sentidos”.