El 4 de marzo se dio a conocer la muerte de Juan Verduzco, el querido actor mexicano de cine, teatro y televisión, recordado, principalmente, por sus personajes entrañables como “don Camerino”, el magnate hombre de negocios, dueño de media Ciudad P. Luche; y por el Padre Camilo Pérez, hermano del doctor Cándido Pérez.
“Una carrera de más de medio siglo merece un reconocimiento porque fue un actor estupendo, un gran amigo, compañero, fue mi pareja escénica durante más de 20 años en varios teatros de México y en programas de televisión, en giras que hicimos por el extranjero y en shows de cabaret.
La verdad es un amigo entrañable a quien voy a extrañar muchísimo, estoy verdaderamente triste por su partida”, dijo en entrevista con TVyNovelas el productor Jorge Ortíz de Pinedo, quien fuera uno de sus más grandes amigos, quizás el más cercano.
El actor no pudo despedir físicamente a Verduzco porque se encuentra en un tratamiento de recuperación física en Acapulco, “pero mis hijos fueron al velorio, y es que él era más que un amigo, era un hermano de vida, un hombre que en escena era super dúctil, todo lo que hizo Juan era siempre gracioso, exitoso, dejó un sabor de boca muy agradable al público que lo vio y estoy seguro de que mucha gente lo recordará por esa bonhomía que lo caracterizaba.
Lo quise mucho, era un hombre simpático, divertido, agradable, era un caballero, siempre educado y correcto en su manera de vestir y en su manera de ser, esos son los recuerdos que se quedan para siempre”, resaltó Ortiz de Pinedo.
Sobre la causa de la muerte de Juan Verduzco, el productor detalló: “falleció de manera natural, se acostó y no despertó, es decir, no tuvo ninguna enfermedad grave ni nada, tenía dos años más que yo y es una pena, estoy muy triste por él”, enfatizó.
Y es que Jorge Ortíz de Pinedo y Juan Verduzco trabajaron toda una vida juntos y “siempre fuimos compañeros de camerino, a mí nunca me ha gustado estar solo en un camerino, me gustaba compartirlo con alguien y esa persona era Juan, era mi compañero y nos reíamos mucho, nos divertíamos, hicimos tantas giras por la República y compartimos tantos momentos agradables, porque, imagínate, las temporadas de teatro, por lo menos en las que Juan y yo participamos, duraban dos o tres años y nos veíamos de lunes a domingo todos los días; aparte somos amigos de su familia, de Cristina, su esposa, y de Juan Carlos, su hijo, y ellos de mis hijos”.
Su amistad, nos dijo el productor, trascendió más allá de los escenarios: “Terminábamos de trabajar y aunque no estuviéramos en el mismo teatro, nos juntábamos para tomar un café, para ir a cenar, éramos un grupo de amigos que nos reuníamos hasta las cuatro o cinco de la mañana y la pasábamos platicando. Fuimos muy unidos y una gran pareja escénica”, enfatizó.
La última vez que trabajaron juntos fue en Una familia de diez, “ahí interpretó al ‘Tío Rorro’, un personaje muy gracioso; además, quién no lo recuerda como el padre Camilo, hermano de Cándido Pérez, o por Don Camerino en La Familia P. Luche, y en éxitos de teatro tremendos que hicimos juntos, como: El casado casa quiere, Cena de matrimonio, Boing Boing, Sálvese quien pueda, Batas blancas no ofenden y en un sin número de comedias muy divertidas…”.
Jorge Ortiz de Pinedo admiraba la fortaleza que siempre demostró su amigo y recordó una anécdota de cuando Verduzco era muy joven.
“Cuando tenía como 25 años, en el Teatro Sullivan, un recinto que ya desapareció, un día entró corriendo y se dio un golpazo en la cabeza y sufrió una medio parálisis en su cuerpo, le dijeron que iba a ser muy difícil que volviera a recuperarse, pero Juan se metió al gimnasio, y en un año estaba otra vez trabajando, recuperó su movilidad y la gracia nunca la perdió”, nos contó.
Al igual que él, Juan Verduzco era un hombre entregado cien por ciento a su trabajo; sin embargo, en los últimos años se alejó de los escenarios y el productor nos dijo el motivo: “Lo que pasa es que la edad te va cobrando (factura), y de repente las facultades de un actor no son las mismas, además no siempre hay personajes para personas de cierta edad y él (Juan Verduzco) terminó siendo un hombre muy canoso”. Concluyó.