A más de un año de la muerte del PRÍNCIPE DE LA CANCIÓN, un amigo entrañable nos revela éste y otros secretos íntimos del artista
Por María de Jesús Candedo - Síguenos en @tvynovelasmex
A lo largo de su vida, José José tuvo varias familias; una de ellas, la que él eligió: amigos que lo buscaron desinteresadamente y le sirvieron de manera incondicional. Era consciente de todo, se daba a querer y trataba a algunos de ellos como si fueran sus hijos.
Uno de ellos, quizás el más cercano, fue Rey Bárbaro, cantante y compositor cubano que, al parecer, era el alter ego del popular cantante: lo acompañó en situaciones difíciles de su vida, y en cierto momento llegó a mediar en los conflictos que por la custodia de su padre tuvieron José Joel y Marysol con Sarita, quien, asegura, era la niña de sus ojos. Incluso él fue de las contadas personas que vieron el cuerpo del artista el día de su muerte, y le consta que no pasó sus últimos días en un asilo. Él justo nos habla del Príncipe de la Canción.
“GRACIAS A JUAN LUIS GUERRA RECUPERÓ LA VISTA”
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¿Cómo logras ser tan cercano a José José?
Yo seguí su carrera desde que tenía 12 años; ya estoy en los 50. Para mí, su muerte ha sido una pérdida muy dolorosa, triste... Jamás imaginé que con el tiempo él iba a ser para mí como un hermano y que iba yo a jugar también un papel importantísimo en su vida. Ni yo lo creo hoy en día. Todavía lo lloro.
¿Cuándo lo conociste?
En 2004, en las clases de canto con Luis Manuel, que también ha sido maestro de Pablo Montero. Ahí forjamos una amistad bonita; desde siempre hubo una química especial, una identificación de almas. Con el tiempo lo invité a mi programa de televisión, donde toda la comunidad cubana se desvivía en halagos hacia él.
Cuando Sarita sufrió el aneurisma, él me llamó de México muy preocupado; tenía una fe basada en la religión afrocubana y compartíamos el mismo padrino. Me buscó para contactarlo con Emilio y que viera si Sarita se iba a morir. Lo busqué y Emilio le dijo que ella tendría más vida; le dije a José que lo que él necesitara ahí estaría yo.
¿Estuviste cerca de otros problemas de José José?
Sí. Comenzamos a hacer algunas presentaciones en Estados Unidos, pero él tuvo graves problemas de la vista; se enfermó y casi no veía, ¡pobrecito! Entonces Anel llegó a visitar junto con José la casa de Amparo Acosta, una cubana que le admiraba y llevaba su carrera en Estados Unidos, antes de Sara, su esposa.
Ahí me uní más a él porque, para ir al oculista, tenía que ir una hora de camino, pero nadie podía llevarlo, así que comencé a hacerme cargo de eso, llevándolo en mi coche.
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¿Qué decía él?
Era una persona honorable, muy decente, no le gustaba abusar. Lo llevé casi un año con Salomón Meyer, médico de muchas celebridades, y que el mismo Juan Luis Guerra le había recomendado. Él mismo se había puesto de acuerdo con el doctor para el tratamiento de José, y más tarde la operación de la vista. Gracias a eso recuperó la visión.
“EL DÍA DE SU MUERTE LO PEINARON PARA ATRÁS”
Nos contaron que tú eras como el hijo de José José en Miami, ¿se equivocaron?
Sí, él me trataba con mucho cariño y era mi familia; de hecho, viví dos años con José y Sara en Coco Plum, pero yo jamás diría que soy como su hijo. Respeto mucho a todos sus hijos: a Pepe, Marysol, la misma Sarita. Muchas veces fui intermediario para que ella aceptara en el hospital a Marysol y a Pepe, porque no quiero problemas.
¿Cómo era vivir con él?
¡Maravilloso! En su casa era un ambiente de mucho respeto hacía él. José José dormía mucho, sobre todo en el día; en la casa nadie hacía ruido hasta que él se despertaba, y todos vivíamos un momento cómico cuando lo hacía, porque sonaba una trompeta; era el anuncio.
Antes de eso, ni los perros podían ladrar. José nunca se dormía antes de la 5 de la mañana, él vivía de noche. A su muerte, ¿estuviste de acuerdo con todo lo que pasó? Hubo comentarios que no eran coherentes con lo que pasaba; incluso algunos de sus amigos dieron una serie de testimonios y declaraciones que no eran verdad ni lo que se estaba viviendo.
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¿Aparecieron más amigos en el sepelio de los que él tenía?
Sí, sin duda. Había gente que decía que era cercana a él y yo jamás la vi.
¿Qué recuerdas de su sepelio?
No había mal ambiente, no había nada cargado. Obviamente había diferencias familiares, pero creo también que la prensa no ayudó. José estuvo con un traje azul impecable, peinado para atrás; fui de los últimos en llegar y Sarita me permitió verlo por última vez.
Las diferencias que existen con la familia de José son eso, yo jamás me pondría en una posición delicada al opinar, porque siempre una parte de los hijos va a quedar afectada. Yo he sido muy respetuoso sabiendo muchas cosas que pasaron, y por mi cariño a ese señor me voy a callar la boca.
¿Supiste lo contentos que están en México luego de que encontraron un testamento de José José?
Los sentimientos que tenía José por Anel, humilde soy yo, porque lo sé de la propia boca del maestro. Supe lo que él sufrió al lado de ella y lo que pasó; sin embargo, reconozco que tanto Anel como Sara jugaron papeles importantes en su vida, sin mencionar a “Kiki” Herrera, quien también le presentó al jet set de México y las adicciones.
“POR SARITA SIEMPRE TUVO UN AMOR ESPECIAL”
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Él reconocía lo mucho que la había querido, todo lo que le hacía sentir. De alguna manera creo que, si todo eso no hubiera pasado, José José no habría tenido tantas canciones así, tan dolorosas. Luego, cuando conoce a Sara, fue diferente, porque ahí el pueblo cubano de Miami se enamoró del Príncipe.
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¿Por qué no hablaría Sarita?
Le tiene miedo a la prensa, no le gusta. Además, los medios la han tratado muy mal. Yo fui la mano derecha de José José, dicho por él, y te lo digo de verdad: él quería a todos sus hijos por igual, pero con Sarita siempre tuvo un amor especial.
A él le daba pánico no estar y dejarla sola o desprotegida, y de alguna manera todos la han tratado mal, sin pensar que fue a ella a la que le tocó la parte más difícil, que fue el final. La acusaron hasta de tener a José en un hospicio, y eso, de verdad, nunca fue así. Yo siempre he buscado echarle agua al fuego, di la cara sobre algo que ellas no quisieron, porque de alguna manera también estaban refugiándose en su dolor.
¿Ellas te han tratado mal a ti?
No; están molestas por una foto que compartí de José José en el hospital, pero lo único que quería es que la gente supiera que todo lo que decían en los medios no era verdad. José y yo hicimos un video muy bonito, Sarita fue la productora, pero nunca me dio el material.
Esas serían las últimas imágenes de José en activo. Ella sólo me lo mostró, y de verdad, es un trabajo muy bonito.
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¿Doña Sara tiene la maldad que dicen tiene?
Vamos a suponer que yo digo que Sara es un personaje negativo y una persona oscura; me sería muy difícil responder porque el gremio cubano no me lo va a perdonar y yo vivo de este lado. Yo por eso prefiero ser discreto y dejárselo a Dios, porque a él sí que no se le escapa nada.
Yo viví con ellos y sería un cínico si dijera que no sé; sólo deseo que salgan las cosas que tienen que salir, porque también a mí me lastiman, pero yo no puedo hablar, ya que la única persona que estaba para defenderme era José.
“SUS ESPOSAS E HIJOS RECIBIERON UNA PROPIEDAD CADA QUIEN”
¿Te mencionó José José algo respecto a un testamento?
Lo que sé es que él sólo buscaba paz; estaba perturbado por todo lo que pasaba. Diré que si existe un testamento en Miami, se sabrá hasta que las Saras quieran, y están en su derecho de decirlo cuando quieran. Yo sabía que quería dejarles a sus hijos partes iguales, no puedo decir más.
Creo que de alguna manera a todos les dejó una propiedad, pero a él le preocupaba que Sarita estuviera mucho mejor, le daba terror dejarla a la intemperie, y no creo que la haya descuidado. Legalmente, de hecho, dejó un material que hizo con Sarita producido por Rudy Pérez. Lo que sí, José era a veces muy exigente con la niña.
¿Qué propiedades hay hasta el momento?
José le dio la casa del Pedregal a los muchachos (Marysol y Pepe) para que Anel pudiera vivir ahí. También, cuando se divorció de ella, le dio dos departamentos en Branford, Florida. Lo que él tenía después era muy modesto, porque la casa de Coco Plum la tuvo que vender y con eso le compró el PH a Sara mamá en Key Biscayne, y la casa de Homestead a Sarita para que tuviera a Belén, la bebé.
“TAMBIÉN HEREDÓ A MANUEL JOSÉ”
Se habla de una herencia viva de José José, que sería su manera de cantar...
Sin duda, una técnica personal colaborada principalmente por su padre, que era tenor, luego por Barbra Streisand, además de un doble aire que tenía por genética y una capacidad nasal que nos enseñó. De hecho, él quería publicar un libro con la técnica, una guía para cantantes.
¿Y un libro de su vida?
No, no me dijo nada. Sólo un libro de música y colocación vocal.
¿A quién heredó de esta manera?
A Sarita, Cristian Castro, Kika Edgar y al joven Manuel José. Él le tenía aprecio al muchacho, pero los dos sabían que sanguíneamente no eran nada.
¿A Pepe y Marysol?
Lo desconozco; creo que nunca se dio la oportunidad.
¿A ti te heredó algo?
Además de su técnica para cantar, que es lo que más le agradezco, sí; en vida me dejó un sinfín de cosas firmadas, un anillo de oro y unos lentes Ray-Ban de oro que usaba antes.
¿Supiste que murió Jaime Camil papá?
Sí. A José le hubiera dolido. Don Jaime le ayudó mucho; para José, él era su hermano.
