“Mi nombre real es María Anastasia (nombres de mis abuelas paterna y materna, respectivamente) Juárez Trejo; nací el 29 de enero de 1980 en la CDMX”.
“Soy la mayor de cinco hijos del matrimonio del cobrador Jorge Juárez y Patricia Trejo, y soy boxeadora profesional, precursora de este deporte en la rama femenil en México”.
“Mis hermanos son Patricia, Jorge, José Juan y Lourdes, hoy también boxeadora. Aunque mi padre deseó tener primero un varón, nunca tuve límites por el hecho de ser mujer; así como mis hermanos podían jugar con muñecas, yo lo hacía con un balón, por eso también soñé ser futbolista. La infancia fue la etapa más bonita que viví en familia”.
“Mi adolescencia fue muy dura; mis padres cayeron en adicciones y depresión por una infidelidad de mi papá, durante 20 años olvidaron que tenían cinco hijos. Por fortuna forjaron en nosotros buenos cimientos que nos ayudaron a salir adelante; realizamos diversas actividades para conseguir dinero y así cubrir nuestras necesidades básicas”.
“Quería estudiar Psicología, pero cuando vi tantos libros dije: ‘¡no!’. La idea de probar en el boxeo se dio porque el futbol femenil aún no era fuerte. Me tuve que encarar con los hombres, invadir su espacio, acostumbrarme a su entorno… Me daban miedo los golpes, pero cuando aprendí a esquivarlos me gustó y me vieron cualidades”.
“El origen de mi apodo lo debo a un grupo de turistas que asistió a mi sexta pelea realizada en Cancún; apoyaban a mi rival y le gritaban: ‘¡Pégale a esa muñeca!’. Gané por decisión, y empezaron a gritarme ‘¡Barbie, Barbie!’. Al día siguiente, en los periódicos apareció: ‘¡Ganó Mariana ‘La Barby’ Juárez!”. En principio no me gustó, no se me hacía adecuado, pero lo adopté como marca”.
“El 11 de febrero de ese año nació en Denver, Colorado, mi hija Natasha Daphne, fruto de una relación de la cual no quiero hablar. Viví allá 10 años retirada de los cuadriláteros, hasta que mi pareja fue deportada; me separé porque no se hacía cargo de mi hija, entonces retomé mi carrera. Tuve romance con el boxeador Iván Morales, 10 años menor que yo; sólo estuvimos juntos dos años debido a violencia física”.
“Me di otra oportunidad en el amor con el boxeador Marco Antonio Peribán, con quien estuve tres años y medio. Pensé casarme con él y tener más hijos, pero comenzó a celarme, quería tenerme encerrada y huí de ese infierno. Siempre he sido autosuficiente; además del boxeo he trabajado como modelo, conductora, actriz y entrenadora”.
“Mis padres superaron su adicción a la cocaína, pero mi mami murió de cáncer el 26 de agosto de 2018, apenas un mes después de serle diagnosticado el mal, y luego de enterarse de otra infidelidad de mi papá con una jovencita de 19 años. Falleció de tristeza y decepción; los últimos días de su vida los pasó llorando”.
“Desde 2018 participo en reality shows que enmarcan mi ya inminente retiro del boxeo; deseo hacerlo antes de salir lastimada, y mejor dedicarme a ser comentarista o ejercer mi profesión como administradora de empresas. Sigo luchando por hacer de mi hija una persona de bien; incluso ya se prepara para ser boxeadora, como yo”.