La emoción que transmitía Paquita en cada una de sus canciones se debía a todas sus vivencias, en especial a los desamores que sufrió, lo que la hizo conectar con millones de mujeres que pasaron por las mismas situaciones.
SU PRIMER GRAN AMOR
A los 16 años comenzó a trabajar en el registro civil en la presidencia municipal de Alto Lucero y ahí conoció al que se convertiría en el padre de sus hijos, Miguel Gerardo Magaña, quien laboraba ahí como tesorero, el detalle es que él tenía 44 años; es decir, que le llevaba 28 años.
Aun así ella se enamoró perdidamente y de esa relación nacieron sus dos hijos varones: Iván Miguel, quien llegó a este mundo el 5 de enero de 1968; y Javier Gerardo, quien nació el 4 de mayo de 1969. Pero esa relación no duró mucho, pues descubrió que Miguel Gerardo era casado: “Lo más difícil fue haberme metido con un hombre casado”, confesó Paquita a TVyNovelas.
SU SEGUNDO Y ÚLTIMO AMOR
Paquita tenía intenciones de triunfar en el canto y aunque ya se había convertido en madre no dejó sus sueños de lado y se fue al otrora llamada Distrito Federal en 1970 al lado de su media hermana Viola. Lo del canto fue algo que nació en ella de manera autodidacta, pues confesó que en su pueblo siempre montaba a caballo y mientras recorría largas distancias se ponía a cantar: “Cantaba Los laureles y empecé a cantar por miedo o porque me gustaba, pues andaba yo sola con mis bestias”, reveló en entrevista para Gustavo Adolfo Infante en El minuto que cambió mi destino.
Cuando llegó a la ahora Ciudad de México, ella y su hermana iniciaron el dueto llamado Las Golondrinas, empezaron cantando en el restaurante La Fogata Norteña, donde surgió el amor a primera vista con Alfonso Martínez, quien era jefe de otro restaurante. Con él se casó y duraron más de 30 años juntos.
Fueron padres de gemelos, pero desafortunadamente murieron a los tres días de nacidos, el 29 de diciembre de 1977, días después del fallecimiento de la madre de Paquita.
“Fue un embarazo normal, en ese tiempo, en el 77, llegó mi madre de Veracruz muy enferma y tuve que hospitalizarla, yo con el cerebro cerrado, de que no conocía la ciudad, de lugares que te apoyen, se me ocurrió llevar a mi madre a la clínica La Prensa, en (la colonia) Guerrero, y yo sufrí mucho con mi embarazo, tenía una panza muy grande y casi no podía movilizarme, y pues el sufrimiento que viví los niños se tragaron todo eso, uno nació muy amarillito, ellos nacieron el 26, mi madre falleció el 11”, relató Paquita para Gustavo Adolfo Infante.
Tiempo después de ese amargo momento que vivió, se volvió a embarazar de Alfonso, pero fue un embarazo extrauterino y tuvieron que operarla para interrumpir el embarazo.