Tras varias semanas de reportes sobre complicaciones en su salud, y pese a que había salido del hospital, el papa Francisco murió a los 88 años...
Con profunda tristeza informamos el fallecimiento del Papa Francisco. A través de un comunicado del Vaticano se confirmó la noticia.
“Queridísimos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, declaró el cardenal Kevin Farrell.
“A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados”.
“Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”.
La mañana de este lunes 21 de abril, murió el Papa Francisco a los 88 años de edad, luego de complicaciones de salud. #LasNoticiasDeFORO | #nmásforo | #SiempreEnVivo | #SiempreContigo | Sigue la señal en vivo por https://t.co/R0rtaHzqZe pic.twitter.com/HvyLonMzZ0
— N+ FORO (@nmasforo) April 21, 2025
¿Qué se sabía de la salud del papa Francisco?
El 28 de febrero, después de 15 días hospitalizado por una neumonía bilateral, el pronóstico del Papa Francisco permanecía reservado. Sin embargo, reportes desde el Vaticano informaron que el papa Francisco registró una crisis respiratoria aislada. El pontífice sufrió un espasmo bronquial e inhaló vómito, por lo que se le dio ventilación no invasiva, señaló la Santa Sede.
Tras recibir la ayuda de “ventilación mecánica no invasiva”, Francisco se mantuvo “alerta y bien orientado” y continuaba con sus tratamientos.
El pasado sábado 22 de febrero, el Vaticano informó que su crisis de salud era crítica, tras sufrir una “crisis respiratoria asmática prolongada” que requirió “altos flujos de oxígeno”.
El Santo Padre estuvo internado en el hospital Gemelli de Roma, por una neumonía bilateral compleja. Recibió transfusiones de sangre y los estudios revelaron que presentaba una condición asociada con la anemia. Se le había ordenado reposo total.
“El Santo Padre sigue alerta y pasó el día en un sillón, aunque con más dolor que ayer. Por el momento el pronóstico es reservado”, decía un comunicado.
La salud del Papa fue noticia desde hace años, pues había sido sometido a cirugías de hernia y colon; además, utilizaba sillas de ruegas por una lesión en la rodilla.
Desarrolló pleuresía (inflamación en torno a los pulmones) por su edad, además de que cuando era muy joven, le extirparon una parte de los pulmones.
Previo a Semana Santa fue dado de alta y tuvo reapariciones. Sin embargo, su salud ya estaba comprometida.
“Inútiles especulaciones” sobre la renuncia del Papa
En medio de su hospitalización surgieron reportes de que había firmado su renuncia.
El cardenal secretario de Estado en entrevista con “Corriere della Sera” dijo que lo único que importaba era la salud del Papa, su recuperación y su regreso al Vaticano. A su vez, el cardenal Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, respondió al periódico argentino “La Nación”, argumentando que las presiones para una renuncia no tienen sentido.
“Todo me parecen especulaciones inútiles. Ahora pensamos en la salud del Santo Padre, en su recuperación, en su regreso al Vaticano: éstas son las únicas cosas que cuentan”.
¿Quién era Jorge Mario Bergoglio?
Nació el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses: su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarril, mientras que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos.
Se diplomó como técnico químico, y eligió luego el camino del sacerdocio entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel.
Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José, y obtuvo la licenciatura.
El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo Ramón José Castellano. Prosiguió la preparación en la Compañía de 1970 a 1971 en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, fue maestro de novicios en Villa Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de teología, consultor de la provincia de la Compañía de Jesús y también rector del Colegio.
El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años. Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel. En marzo de 1986 se traslada a Alemania para ultimar la tesis doctoral; posteriormente los superiores le envían al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.
Como arzobispo de Buenos Aires —diócesis de más de tres millones de habitantes— piensa en un proyecto misionero centrado en la comunión y en la evangelización. Cuatro los objetivos principales: comunidades abiertas y fraternas; protagonismo de un laicado consciente; evangelización dirigida a cada habitante de la ciudad; asistencia a los pobres y a los enfermos. Apunta a reevangelizar Buenos Aires «teniendo en cuenta a quien allí vive, cómo está hecha, su historia». Invita a sacerdotes y laicos a trabajar juntos. En septiembre de 2009 lanza a nivel nacional la campaña de solidaridad por el bicentenario de la independencia del país: doscientas obras de caridad para llevar a cabo hasta 2016. Y, en clave continental, alimenta fuertes esperanzas en la estela del mensaje de la Conferencia de Aparecida de 2007, que define «la Evangelii nuntiandi de América Latina».
Hasta el inicio de la sede vacante era miembro de las Congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina.