El nombre de Paola Durante vuelve a acaparar titulares luego del estreno del documental El show: Crónica de un asesinato, un trabajo audiovisual de la plataforma ViX liderado por Diego Enrique Osorno que aborda la trayectoria y las circunstancias en que se suscitó el asesinato del conductor Paco Stanley.
Y es que, aunque ya pasaron 24 años de aquel terrible suceso que enlutó la televisión mexicana, la modelo y edecán del programa ¡Una tras otra! sigue siendo una de las figuras clave en el mediático caso que no sólo la salpicó, sino que la llevó a vivir un infierno en prisión.
Su estancia en el reclusorio ha sido la experiencia más traumática que ha vivido en sus 48 años, pero a la vez, la que más lecciones le dejó. “Yo entré a prisión muy jovencita, era una chica muy familiar, no tenía pareja, era supermiedosa, no valoraba nada, era fresita, sangrona, miraba a la gente por debajo de los hombros. Cuando llegué a ese lugar aprendí a valorar una cama, la comida, el agua, mi libertad, a mi familia, entendí que todos somos iguales, conviví con todo tipo de mujeres y las amé por sobre todas las cosas porque me enseñaron mucho; al principio fueron exigentes y me advirtieron que todas éramos iguales, que tenía que trabajar, limpiar, así como lo hacían ellas. Mi principal choque fue que era muy dependiente de mi mamá, y esa experiencia me ayudó a ser más mujer, a no confiar tanto”.
Más allá de las injusticias, Paola se enfrentó a humillaciones y situaciones que la afectaron física y emocionalmente. “En ese entonces tenía brackets, y al principio me iba a ver mi dentista a la cárcel, pero allá se quejaban porque era un privilegio, decían que era una presidiaria y que no lo merecía. Como ya me estaban lastimando, me mandaron al médico general del reclusorio, y con una pinza que usan para atender caballos me arrancaron los brackets; obviamente me dolió muchísimo, porque lo hicieron con saña, ya que una persona que está en una cárcel es nadie, según decían ellos”.
Poco más de dos décadas después de aquel 7 de junio de 1999, Paola no se explica cómo la pudieron vincular con el crimen. “No tengo idea, fue una persona que estaba en el reclusorio, y la Procuraduría lo buscó, le dijeron que armara una historia, le ofrecieron dinero y su libertad; es que siempre tenía que haber uno que se vea muy bien, una mujer bonita y el mejor amigo. Fue un año de estar desahogando pruebas. Yo tenía 24 años y llevaba seis meses trabajando con Paco, éramos como cinco muchachas, hasta mi hermana estuvo como edecán”.
Pero aunque muchas personas piensen que lo peor es estar privada de libertad, para Durante había otro infierno en la calle. “Yo creo que fue más difícil salir, porque en el reclusorio me cuidaron, no me juzgaron, al contrario, me ayudaron a ser un mejor ser humano, tuve más empatía con ellas (reclusas) y con la gente; entonces, salir y que te señalaran era horrible, no podía ir a ningún lado porque me gritaban ‘¡asesina!’, me hacían sentir algo que no era, yo le decía a mi mamá que no quería salir a la calle. Tuve que tener seguridad, porque tenía paranoia, me asustaba cuando salía... Me quedaron muchas secuelas, a pesar de que todo el tiempo voy a terapias, a retiros”.
Contar su versión en pleno 2023 le hace pensar que de alguna forma se defiende ante las nuevas generaciones que no saben a profundidad lo que verdaderamente ocurrió en el asesinato de Paco, un ídolo del pueblo que dejaba huella en la televisión con su desparpajo.
“Siento que el documental lo pudieron ver los jóvenes que se quedaron con lo que les contaron; por ejemplo, Paul y su mamá tiene una idea y nada los hará cambiar de parecer. A veces Paul dice que todos salimos con duda, pero yo no. Sí hubo acercamientos con él, pero no me quiso escuchar. Él siempre generaliza, y yo ya no quiero que lo haga, yo no salí bajo duda, yo salí absuelta, sin ningún cargo en mi contra. Y eso es lo que me duele todavía, que digan cosas que no son. Yo no tengo nada en contra de Paul, al contrario, lo admiro mucho, me duele lo que pasó, sé lo que es vivir la muerte de un padre, yo lo viví con mi mamá”.
Digan lo que digan, Paola Durante se confiesa inocente. “Algunos medios dicen que yo estuve en El Charco de las Ranas, y jamás estuve ahí. Creo que este documental fue para informar, y me gustó porque muchos chavos me han escrito, muchas señoras me piden perdón porque me hicieron mal, pensaban lo peor de mí, y ahora con el documental me admiran. Eso lo agradezco mucho, es que la gente tenía que saber la verdad, no supimos quién fue, nunca nos vamos a enterar, pero fue una historia mal contada. Con respecto a las publicaciones en las que dicen que yo dudé de la palabra de Mario Bezares en el documental, pues eso se malinterpretó, quise decir que hubo cosas que me dejaron dudas porque hablaron tanto de Paco que yo no conocía”.
Y sobre aquella leyenda urbana de que ella fue amante de Paco, la conductora asegura: “Nunca salimos, jamás, y lo que sí dije fue que me alejé de Mario porque quiero transitar por mi propio camino, porque siempre comparan y dicen cosas. Yo lo adoro, lo vi como un padre, jamás hablaría de él, y ambos vivimos un infierno, jamás lo juzgaría”.