Desde su trágica muerte, se han tejido infinidad de leyendas que aseguran que el ídolo sigue vivo.
Considerado el mito más grande del espectáculo en México, a Pedro Infante se le colgaron durante sus 39 años de vida todo tipo de milagritos. Lo único cierto es que sus 58 películas y 325 canciones grabadas lo elevaron a la categoría de ídolo popular hasta hoy irremplazable.
Por eso, a su trágica muerte, ocurrida la mañana del lunes 15 de abril de 1957 al desplomarse el avión carguero que copiloteaba, muchos mexicanos se negaron a creerlo, y al paso de unas semanas, surgieron especulaciones ociosas en el sentido de que vivía y hacía presentaciones en provincia.
La propia madre de Pedro Infante, Refugio Cruz, fue víctima del fanatismo desbordado de algunos de los seguidores de su hijo días después del sepelio.
Se dice que se cambió el nombre
Varias leyendas urbanas dictan que, mujeriego como era, se metió con la amante de un político y éste lo mandó matar. Solo que, de último momento, los sicarios se arrepintieron, lo secuestraron y mantuvieron con vida, hasta que ellos mismos fraguaron la tragedia de Mérida, Yucatán, en la que los tripulantes de la aeronave no pudieron ser identificados.
Así, Pedro se habría hecho llamar de varias formas para mantenerse en el anonimato y evitar que lo liquidaran. La versión más reciente dice que su identidad habría sido Antonio Pedro Hurtado Borjón, y murió en junio de 2013 en Delicias, Chihuahua, en cuyo panteón municipal le llevan música de mariachi cada aniversario luctuoso.
Lo cierto es que ésta, como muchas otras historias, no tiene valides, pues el ídolo de Guamúchil, Sinaloa, jamás volvió a comunicarse con sus familiares, ademas de que lidiaba con diabetes. Pese a estos argumentos, hubo quienes todavía en 2018 solicitaron exhumar el cuerpo de Antonio Pedro para hacerle exámenes de ADN y comprobar su identidad.
El hecho dio lugar a una frase famosa
Estas y otras anécdotas fueron maquinadas que, de una forma y otra, se resistían a aceptar la muerte de Pedro Infante.
A partir de esto, se acuñó la frase que persiste hasta ahora. “Pedro Infante no ha muerto... ¡Vive en el corazón de los mexicanos!”.