Desde su debut en 2007, Ariadne Díaz se ha convertido en una de las actrices más queridas de la pantalla chica en México, protagonizando entrañables historias como Llena de amor, La mujer del vendaval y La doble vida de Estela Carrillo.
Aunque ya había despuntado su carrera en el éxito Mañana es para siempre, interpretando a la hija de Lucero, la artista alcanzó su mayor momento de popularidad gracias al remake de Mi gorda bella que produjo Angelli Nesma en 2010.
La telenovela fue un gran acierto de Televisa y llevó a Ariadne a otra posición, aunque 13 años después la artista revelara ante las cámaras de Aurora Valle en su programa Confesiones, que durante la grabación vivió un verdadero infierno.
“Era mi primer protagónico sola, entonces todo lo que funcionaba era de todo el equipo, lo que no funcionaba era Ariadne. Y después con los años me di cuenta que es así, no importa si eres la protagonista o eres el menos protagonista, siempre la culpa irá al más novato, entonces yo ahí la pasé mal, o sea sí había muchas groserías”, se sinceró la mujer de Marcus Ornellas.
Según su experiencia, detrás del éxito que tenía el melodrama se escondía una realidad que no le gustaría volver a vivir. “La pasé mal. No era un buen trato, no lo era, es una producción en la que no volvería a trabajar y he sido invitada de nuevo y digo ‘no gracias’ porque yo tengo otra educación y entonces cuando no combina con la de esa gente que te está invitando, dices mira, mejor nos evitamos rollos y mejor no”, dijo hace poco ante los micrófonos de diversos medios en una alfombra roja.
El aprendizaje, sin duda, le quedó bien claro. “Era muy joven o sea, sin duda eso no me pasaría hoy porque al día uno me voy de ahí. Yo no trabajo así, pero era muy joven. De repente no sabes qué es normal y qué no es normal y te sientes agredido, te sientes mal, te sientes incómodo. Sabes que tú no tratarías a alguien así pero no sabes muy bien qué hacer, esa es la realidad”.