Ron Ely, el reconocido actor que le dio vida a ‘Tarzán’ en la última serie que se transmitió en televisión, murió esta tarde a los 86 años. Así lo confirmó su familia mediante un comunicado en el que repasaron parte de su trayectoria, la cual gozó de épocas repletas de triunfos, pero también lo enfrentó a oscuras temporadas que empañaron su felicidad.
¿Quién era Ron Ely? La fructífera carrera del primer ‘Tarzán’
Ronald Pierce, mejor conocido como Ron Ely, fue un actor estadounidense, cuya popularidad se debe en gran medida a su interpretación como “Tarzán” en una serie de televisión, proyecto en el que conquistó al público gracias a su simpatía e imponente físico.
Además del medio artístico, a Ely le apasionaba la escritura y a finales de los 90 se lanzó como autor de dos libros, mismos que tuvieron un gran recibimiento entre los admiradores que lo seguían desde sus inicios.
Al momento de morir, Ron tenía 86 años y se encontraba acompañado de su familia, según lo que el comunicado oficial de su deceso indica. Sobre las causas del fallecimiento de Ron, su hija Kirsten prefirió reservarse los detalles, sin embargo, sí quiso dedicarle un último mensaje.
“El mundo ha perdido a uno de los hombres más grandes que ha conocido. Y yo perdí a mi padre”, expresó la joven, que apenas en 2019 experimentó la pérdida de su madre y de su hermano en una tragedia que los marcó para siempre.
El oscuro pasado de Ron Ely tras ver a su hijo y esposa morir
Uno de los pasajes más complicados que el histrión tuvo que experimentar ocurrió en 2019, cuando presenció el asesinato de Valerie Lundeen, su esposa, quien murió a manos de su propio hijo. De acuerdo con los reportes recopilados por la BBC, este inimaginable suceso fue consecuencia de un brote psicótico de Cameron, quien se abalanzó sobre su madre con un arma blanca, ocasionándole heridas mortales.
Luego de esta terrible escena, Ron Ely recibió un segundo golpe, pues al momento de que los servicios de emergencia arribaron a la escena, la policía tuvo que abatir al homicida, dejándole un dolor que lo llevó a alejarse de los reflectores durante sus últimos años de vida.