Terminar con una relación no siempre es sencillo, en especial cuando una de las partes todavía está aferrada a la idea a una vida juntos. Esta precisamente habría sido el caso de Cecilia Gabriela, quien a 15 años de su ruptura con Marco Uriel, se atrevió a hablar de lo difícil que fue aceptar este final, en especial porque hizo de todo para salvar su matrimonio, sin imaginar que esto la traería severas consecuencias a nivel físico y emocional.
Cecilia Gabriela confesó que le suplicó a Marco Uriel para que no la dejara
Durante una charla con Pepe Arévalo para el podcast “En la trinchera”, Cecilia Gabriela rememoró lo complicado que fue lidiar con su separación de Marco Uriel. Esto como consecuencia de lo “demoledor” que en 2010 le resultó aceptar que él ya no quería seguir a su lado, aun cuando ella le imploró en numerosas ocasiones para hacerlo cambiar de opinión.
“Fue muy devastador, porque yo no me lo esperaba. Yo no quería, yo rogué y supliqué. Después sí le dije a mi hija: ‘esto de rogarle a un hombre no se hace, suplicarle a un hombre no se hace, pero sí está permitido una vez en la vida’. Y me lo permití porque era una persona que valía la pena”, compartió la antagonista de “Mi adorable maldición”.
No así, estos intentos jamás dieron frutos, por lo que terminó haciéndose a la idea cuando se dio cuenta de que para el también actor, se trataba de una decisión que ya no tenía marcha atrás. “Me lo permití porque era una persona que valía la pena, pero ante mis ruegos y súplicas, y las respuestas tan negativas que recibí, fue cuando dije: ‘ok, entendido, nunca más’”, apuntó la artista, reiterando que posteriormente se dio a la tarea de explicarle a su hija Regina que jamás debe llegar hasta estos extremos en nombre del amor.
Las devastadoras consecuencias que sufrió Cecilia Gabriela tras su divorcio
De acuerdo con lo narrado por la actriz de 63 años, pese a que ella ya había entendido que las cosas con su entonces esposo no tenían solución, para su cuerpo este episodio implicó ser sometido a jornadas de emociones intensas, lo que finalmente terminó por pasarle factura acarreándole importantes deterioros a su salud física.
“No tenía ni fuerzas para tener una nueva relación. La situación acabó conmigo y derivó en cosas tan absurdas como pérdida de piezas dentales porque el estrés me provocó esta pérdida, terminé con una cirugía de columna. Y finalmente me dediqué a cuidar a mi hija”, concluyó Cecilia Gabriela sobre cómo su divorcio con Marco Uriel comprometió su estabilidad física y emocional a niveles que jamás creyó posibles.