Fotos: Cortesía El Horizonte
Celso Piña, quien murió el pasado 21 de agosto, fue despedido en Monterrey, Nuevo León, en medio de una gran fiesta y al ritmo de Los caminos de la vida y Aunque no sea conmigo. Fans, amigos y familiares se dieron cita en las capillas Marianas de la Basílica de Monterrey para realizarle una misa de cuerpo presente, y luego ser llevado al Cerro de la campana, barrio donde creció.
Ahí el padre Juan José Martínez dijo: ‘‘Hoy que estamos despidiendo a nuestro hermano Celso, quiero decirles que debe ser un momento de alegría en la fe, tristeza en el corazón porque físicamente ya no está con nosotros, pero alegría en la fe porque su legado trasciende y eso es lo que el Señor quiere: que nuestra vida sea un constante trascender’’. Después del recorrido que hicieron con Celso Piña por las calles, el féretro con el cuerpo del acordeonista regresó a la funeraria para ser incinerado. Se sabe que las cenizas del cantante será esparcidas en el rancho Macondo, en Allende, Nuevo León.