A menos de una semana de la sensible partida de Edith González, hemos visto las muestras de cariño que ha recibido su familia, y conocido la tristeza que su fallecimiento provoca en el público y sus amistades, pero principalmente, en sus seres más queridos. Pudimos escuchar las palabras que expresaron su esposo, Lorenzo Lazo, su madre, Doña Ofelia, quienes nos conmovieron hasta las lágrimas, y de su hermano, Víctor Manuel, obviamente agobiados y afectados por esta pérdida. Pero quien en este momento es sin duda la más afectada con este acontecimiento, es Constanza, la única hija de la actriz, que a sus 14 años ha tenido que enfrentar la dura muerte de su madre, ocurrida el pasado 13 de junio, y quien ha escrito una conmovedora carta para despedirla, honrarla, y recordarla con el mismo amor que siempre recibió de ella. En voz de su tío, Víctor Manuel, escuchamos lo que el corazón de una hija emite ante la despedida del ser que le dio la vida, de quien más la amó en el mundo, y de quien aprendió todo lo que hoy sabe y conoce: “Mi mamá fue una persona formidable, era una excelente madre, nunca tomó como excusa su trabajo para no serlo”, comienza la joven. “De pequeña, recuerdo que sin importar qué tan tarde o cansada llegara de trabajar siempre me daba un beso y, a la mañana siguiente, no le importaba que la levantara a las 6 de la mañana para jugar. Siempre hubo un beso sin importar la hora, al igual que nunca tomó el ser buena madre, para no ser una buena en su trabajo. Me acuerdo que siempre me decía algo como: ‘La carta de resignación de un actor es la muerte’ y así lo hizo. A ella le encantaba aprender, siempre que íbamos de viaje era mi guía de turistas y si no sabía, preguntaba y aprendía. Me llevó a recorrer todo el mundo, Egipto, Galápagos, París, Londres, Cambodia, Vietnam, India, Perú, Colombia, Canadá, Madrid, por mencionar algunos; al igual que la República Mexicana. Recuerdo también cómo me enseñaba películas y yo a ella, música. Cómo nos echamos 3 mil 500 veces ‘La Novicia Rebelde’, por ser mi película y cómo la hice ver El Resplandor y Psicosis y que ella, era una miedosa”. Constanza habla también de las virtudes como ser humano de su mamá, y su calidad profesional: “cuando yo tenía cuatro, mi mamá se fue a Colombia a hacer una telenovela llamada Doña Bárbara y ella fue Doña Bárbara, la mejor Doña Bárbara. Mamá, aunque Doña Bárbara es un personaje muy fuerte, independiente y macho, yo hubiera querido ser la mitad de mujerón que fuiste tú porque a comparación de ella, que enfrentaba el mundo con odio, lo venciste con amor. Te amo mamá”, concluye la adolescente, hija también del político Santiago Creel Miranda, en esta misiva llena de amor y admiración por su ejemplo, su gran amor, y, como ella misma describe, la mejor madre que pudo haberle tocado.