Siendo una de las actrices más reconocidas de México por su talento y su singular belleza, Edith González confesó alguna vez, que su aspecto físico le generaba inseguridad-
Así como lo lee, la protagonista de importantes telenovelas como ‘Corazón Salvaje’, ‘Salomé’ y ‘Doña Bárbara’, quien falleciera el pasado 13 de junio por complicaciones derivadas del cáncer de ovario que padecía, reveló que sentirse fea frenó sus sueños.
Esta revelación la hizo en una de las últimas entrevistas que concedió, para el programa ‘Un nuevo día’, de Univisión, y que tras su fallecimiento, volvió a tomar vuelo en las redes sociales.
En esta charla íntima, quien es considerada la mejor ‘Aventurera’ de la puesta en escena, señaló que pese a ser considerada por su público, la crítica y sus colegas como una mujer hermosa y talentosa, le hubiera gustado ser mucho más exitosa, pero que ella misma fue quien se puso las barreras para no lograrlo.”Sí me considero exitosa, pero creo que pude haber tenido más éxito”, externó.
Y tras este comentario, vino una confesión que pocos esperaban: “Creo, y este es un consejo para todo el mundo: ‘Sueña muy alto, no te pongas techos de cristal. Los techos de cristal se los pone uno, y yo me puse varios por sentirme fea”, para sorpresa de propios y extraños.
La rubia, a quien siempre vimos como una mujer segura de sí misma, dijo también que le faltó ser más ambiciosa: “Ser ambicioso es bonito, porque tampoco ser ambiciosos es: ‘Yo quiero eso y voy a llegar a ‘destartalar’ la vida de 20 personas’. Pues no, se trata de entender la ambición bien concebida. No puedo más que abrazar mi pasado, abrazar mi presente y esperar a tener un futuro muy largo y vivirlo con paz, con humor, alegría, con buena onda”.
En la misma conversación, la desaparecida actriz resaltó la forma en que su vida cambió a raíz de que el médico le confirmó que tenía cáncer, más no se dejó derrumbar por esta noticia, y de inmediato preguntó qué era lo que debía hacer para estar sana.
Tristemente, aunque la enfermedad entró en remisión por un tiempo, tuvo una recaída que deterioró tanto su salud, que le arrebató la vida a los 54 años. Le sobreviven su hija Constanza, de 14 años, su esposo, Lorenzo Lazo, su madre, doña Ofelia Fuentes y su hermano, Víctor Manuel.