La nueva presentadora de Citynoticias, tuvo en casa al mejor maestro: su esposo
Aunque Rafael Poveda insiste en que jamás la entrenó para ser presentadora, él fue quien le dio un micrófono y vio su potencial.
Cuando apenas cursaba los primeros semestres de Comunicación en Medellín, y aún con cara de adolescente, morral y bluyines, Sandra Vélez se le pegó a Rafael. ?Ella buscaba noticias en Antioquia y me las producía, cuando yo trabajaba como corresponsal de Telemundo. Empezamos a buscar excusas para estar juntos, y ya llevamos 10 años de matrimonio?.
Realmente no era tan novata. Ya había estado en un intercambio universitario en Málaga, España, y tenía claro que sería periodista reportera, ?y ojalá corresponsal de guerra de un periódico. No me veía como presentadora?.
?Es cierto que Rafa jamás me sentó en uno de sus talleres o frente a un teleprompter para decirme: ?lo debes hacer de tal manera?. Pero sí ha sido mi profesor en los demás sentidos: es mi guía profesional; aprendí ética y calidad con su equipo de trabajo?.
Tiene el factor
?Una vez que yo montaba un piloto institucional, descubrí su potencial como presentadora y le di el teleprompter. Lo leyó con la mayor naturalidad y no tuve necesidad de dar mi opinión?.
Rafael se enteró de que se iba a hacer un programa con el Acueducto de Bogotá, y sin contarle propuso su nombre. Fue seleccionada, y junto con Marianela Sinisterra conformaron una buena pareja de presentación, lo que dio paso a otros proyectos.
?Mira que terminé siendo presentadora. Sin embargo, luego de presentar Divinas (Citytvy) y Vive digital (en el Mintic), quería dar un vuelco y decidí hacer una especialización en estados, políticas públicas y desarrollo, con el fin de trabajar en el sector público colombiano?.
Estando en el proceso de entrar a trabajar con el Estado, la llamó Darío Restrepo, director del sistema informativo de Citytv, y le propuso ser la conductora de Arriba Bogotá y del noticiero del mediodía.
?Tuve un día para pensarlo. Me pareció un reto profesional, porque en Arriba Bogotá no hay teleprompter ni libreto?.
Esto implicó un cambio de vida en la pareja: salían a cenar con regularidad, se tomaban unos traguitos entre semana y ?en las vacaciones de mis hijos permanecíamos 15 días en Cartagena?.
Ahora suena el reloj a las 3:55 a. m. y hasta Rafa se pone en acción y le prepara a Sandra un licuado. ?A la 1:00 p. m. quedo libre para acompañar a mis hijos (Valentina, 8 años, y Martín, 4) a sus clases. A las 8 de la noche todos estamos durmiendo?.
Son un equipo ?y si tengo que cargarle las maletas para que ella siga adelante, ahí estaré, porque ya hice profesionalmente lo que tenía que hacer. Ahora es su momento?.