Ediciones Salamandra, grupo que publicara desde sus inicios los libros de Harry Potter en español, mucho antes de que se convirtieran una millonaria franquicia cinematográfica, sorprendió al mundo literario al anunciarse su venta al conglomerado internacional Penguin Random House (PRH). El sector del libro interpretó esta operación como un capítulo más de la concentración empresarial, pues con ella, la división de publicaciones en español, queda repartida a la mitad con la también multinacional Planeta. Se menciona que Salamadra facturó 27 millones de euros durante el 2018, siendo una importante competencia para los mencionados monopolios del libro en español, sin embargo, comprador y comprado, se negaron a revelar los términos de la transacción. Con su adquisición, Salamandra se suma a la nutrida nómina de sellos que conforman PRH, que incluye, entre otros, a Literatura Random House, Debate, Lumen, Taurus, Alfaguara, Plaza & Janés, Grijalbo y Ediciones B, la última en sumarse, en 2017. La mayor aportación de Salamandra al grupo es sobre todo, en los terrenos del libro infantil y juvenil, pues es el hogar de Harry Potter, y de la ficción internacional, ámbito en el que ha construido un catálogo de grandes nombres como Zadie Smith, Jonathan Franzen, Andrea Camilleri o Margaret Atwood y con inesperados éxitos entre la literatura de calidad y el best seller, El niño del pijama a rayas o El abuelo que saltó por la ventana y se largó. Las aventuras del niño mago, fueron las que ayudaron a consolidar la empresa, fundada en 2000 por el matrimonio del argentino Pedro del Carril y Sigrid Kraus, alemana criada en Brasil, tras quedarse con la parte española de la editorial porteña Emecé, comprada en su momento por Planeta. En 10 años vendieron 12 millones de ejemplares de los libros de Harry Potter, la mitad en América Latina. Del Carril, que tiene 68 años, se quedará como consejero y Kraus, de 54, continuará, empleada por PRH, como directora editorial de Ediciones Salamandra, reportando directamente a Núria Cabutí, consejera delegada de PRH en España. Según Kraus, fue Cabutí la que se acercó a Salamandra con una oferta y la resolución fue “bastante rápida”. Otra de las razones que convencieron a Kraus para vender es la distribución en Latinoamérica. “Habíamos dejado de trabajar por un problema de impagos con nuestra distribuidora allá, y nos estábamos embarcando en la creación de una propia. Ahora ya no nos tendremos que preocupar de eso”. Kraus, que definió la cantidad pactada como “una muy buena oferta”, pone matices: “Hay una diferencia muy grande, y es que Salamandra va muy bien. Creo que es la primera vez que eso sucede. De hecho, estamos en mitad de un año maravilloso. Por eso, nuestra posición en la negociación ha sido buena”. El consejero delegado mundial de PRH, Markus Dohle, aseguró que estaban estudiando nuevos activos para incorporar a su empresa, aunque el sector tendía a pensar más en nombres de editoriales en apuros que en una compañía tan saneada como Salamandra. Participada por Bertelsmann (75%) y Pearson (25%), PHR, líder en la edición comercial y cuarto grupo del mundo, cuenta con más de 300 sellos en 100 países y factura más de 600 millones anuales. Varios actores del mundo editorial barcelonés coincidieron este viernes en comparar la noticia con el anuncio del “fin de una época” y como un paso más en un proceso de concentración que amenaza la bibliodiversidad y la competencia. Salamandra representa un tipo de sello veterano, de tamaño medio, de los que ya van quedando menos (Siruela, Acantilado, Galaxia Gutenberg, Pre-Textos o Edhasa). Y esto sucede precisamente el año en que se cumple medio siglo de la fundación de dos míticos ejemplos de un modo de entender el negocio que definitivamente parece cosa del pasado: Anagrama (hoy propiedad de Feltrinelli) y Tusquets (Planeta).