ROMINA MARCOS nos cuenta su secreto para sentirse superlinda y recuperar la autoestima
TEXTO: GRISEL VACA • FOTOGRAFÍAS: JAVIER ARELLANO, ARCHIVO, CORTESÍA
Hace siete meses, Romina, hija de Niurka Marcos, decidió cambiar su apariencia física y lo logró. La joven de 24 años bajó 18 kilos, y nos contó qué hizo para con- seguir esta nueva imagen que le ha cambiado por completo la vida.
“CAMBIÓ EL CHIP DE MI VIDA POR COMPLETO”
¿Cómo le hiciste para cambiar por completo tu apariencia?
Sólo cambié mi alimentación y mi manera de comer. Empecé a preocuparme por mi cuerpo, que es el que me aguanta, me levanta y me lleva a todos lados. Me concienticé y entré a una clínica para lograrlo. Estoy muy contenta.
¿Bajarás todavía más?
Ahorita estoy en la etapa final del proceso; es decir, en la etapa de mantenimiento y de aprender a comer sano, hacer ejercicio... Estoy muy feliz porque cambió el chip de mi vida por completo.
¿Tu cambio también fue interno?
Sí; fuera de lo físico, me siento increíble conmigo, con la Romina de adentro, porque soy más libre y más feliz. Estoy conociendo el mundo en esta nueva envoltura, en este nuevo cuerpo más sano y más lleno de energía.
“CUANDO ME VEO SIN CACHETES NI CADEROTAS ES IMPRESIONANTE”
¿Has notado que la gente te ve diferente?
Sí; de hecho, hace poco que pasé por la alfombra roja de un evento nadie me reconoció, y cuando veo de lejos a mis amigos, cinco minutos después se me acercan y me dicen: “¡No inventes! No sabía que eras tú”. Es raro que la gente no me reconozca, pero es lógico, porque además de todo, me pinté el cabello y me hice fleco, ¡soy una Romina completamente diferente!
¿Qué piensas cuando te ves en el espejo?
De repente, en mi mente me sigo viendo como antes, con los cachetitos, gordibuena... Pero cuando me veo en el espejo y ya no hay cachetes ni caderotas, es impresionante. Me siento superlinda con todo lo que me pongo, incluso no me he maquillado como en dos meses porque me gusta mi carita como está, al natural.
¿Qué te dice tu mamá?
Que me veo espectacular, está superfeliz de verme bien y muy orgullosa de que me haya vuelto una niña responsable. Ella siempre me impulsó a hacer cosas. Cuando iba al ejercicio, por ejemplo, me invitaba, pero jamás ejerció ningún tipo de presión para que yo cambiara. Siempre supe que mi momento iba a llegar cuando estuviera lista y preparada para hacerlo, porque hacer un cambio drástico en tu vida va de la mano con la cuestión emocional.