Reyli Barba se hizo presente en las redes sociales después de años de ausencia e impactó a sus seguidores por el tremendo cambio en su apariencia.
El ex vocalista de la exitosa agrupación de música pop, Elefante, Reyli Barba, asombró a propios y extraños al reaparecer en las redes sociales, después de años de ausencia, con un increíble cambio de imagen que dejó boquiabiertos a más de uno.
La apariencia del cantautor, compositor y actor de 47 años de edad nacido en Chiapas, causó un gran impacto en sus poco más de 5 mil seguidores de Instagram.
Desde hace algunas semanas el cantante había regresado a las redes sociales para ponerse en contacto con sus fieles seguidores además de postear mensajes relacionados con asuntos espirituales.
Reyli reapareció luciendo muy delgado, barba crecida, cabello canoso y con un outfit muy parecido al de Joaquin Sabina o Manu Chao. Si bien lo se presenta desaliñado, sí mantiene un look que roza la sobriedad y la comodidad sobre la ropa formal o de lujosas marcas.
https://www.instagram.com/p/Bn9oerxhG2p/?utm_source=ig_embed
Al parecer el tiempo fuera de los reflectores de los medios de comunicación le ayudaron a Reyli para reencontrarse consigo mismo y descubrir su destino en la vida más allá de la fama y la popularidad.
https://www.instagram.com/p/BvkhAhWgUui/?utm_source=ig_embed “Hemos sido puestos aquí para aprender lecciones que nos convertirán en almas más completas”, escribió el cantante demostrando que ha encontrado el equilibrio en su vida tras vivir experiencias que lo han convertido en otra persona. https://www.instagram.com/p/BwngsaFgUzQ/ https://www.instagram.com/p/BwsREvIgXLQ/ Los seguidores del compositor se han pronunciado en sus diferentes publicaciones admirando sus cambios internos como externos y no dudaron en expresarle su sentir. “Padrísimas fotografías”, “Dios te bendiga”, "¡Qué gusto verte de regreso”, “Espero pronto nos deleites con nueva música”, “Mi admiración y respeto para ti”, fueron algunos de los mensajes que se pueden leer en las publicaciones de Reyli. TEXTO: RODRIGO GONZÁLEZ