¿Y la libertad de expresión? Pese a ser un derecho de todo ser humano, hay quienes se empecinan en coartarla.
Texto: Gustavo Adolfo Infante
Más allá de todo lo que hemos luchado muchos profesionales del periodismo por tenerla y mantenerla intacta, la libertad de expresión es un derecho del ser humano, y además está contemplada en las leyes de cualquier país. Pero no vayamos más lejos, hablemos del nuestro, México. Aquí la Constitución lo apunta, y lo apunta bien. Es complicado querer callar a los medios de comunicación, a los periodistas, a los reporteros y a las redes sociales; estas últimas reflejan lo que quiere y lo que piensa precisamente la sociedad, la gente, y no existe un sitio más democrático. Ahí con un solo clic puedes decir lo que quieras a quien sea, por eso son las benditas o las malditas redes sociales. Esta es la realidad del 2021. Al parecer, sin embargo, esta realidad 2021 no es del agrado de todo el mundo. Hay personajes de la política, del mundo empresarial, cultural, deportivo y artístico que viven en el siglo pasado, cuando lo que imperaba era el amiguismo, el compadrazgo, el dedazo en la política, el designar a un sucesor en la presidencia, el regalar el dinero del pueblo con la mayor impunidad. Eso se acabó, eso es parte del ayer de nuestra sociedad; la actual es mucho más equilibrada o, por lo menos, eso pretendemos muchos de nosotros.
¿De qué hablo? ¿A qué me refiero? Al señor Enrique Guzmán, quien levantó una denuncia civil en contra de su nieta Frida Sofía, y una denuncia de tipo penal en mi contra.
Esta la interpuso en la Fiscalía Especial para Personas de la Tercera Edad por el supuesto delito de discriminación e incitación al odio. Por supuesto que carece de toda lógica desde mi punto de vista, pues el hecho de que su nieta me haya dicho en una entrevista PERIODÍSTICA que él supuestamente la manoseó cuando era una niña, es una declaración hecha por ella, no una interpretación personal de quien esto escribe. El señor Guzmán, como ya es una costumbre en él, se ha pasado insultándome y agrediéndome en diferentes medios de comunicación; me ha llamado “periodiquero”, “miserable” y ha lanzado amenazas de que me va a romper el hocico. Por este motivo, a través de Alonso Beceiro, mi asesor legal, interpusimos una denuncia penal en su contra por FRAUDE PROCESAL, MENTIR A LAS AUTORIDADES y AMENAZAS. Por supuesto que a un servidor nunca le hubiera gustado llegar a estas instancias legales, pero las actitudes intimidatorias, amenazantes y en contra de la libertad de expresión y del libre periodismo, me obligaron a actuar así. Moraleja: La libertad de expresión es un derecho humano, y ni Enrique Guzmán ni nadie nos van a callar. La libertad de prensa es un logro que hemos conquistado muchos profesionales de la comunicación, y si él dice: “Caiga quien caiga en este asunto”, yo le digo: “Tope donde tope”, porque en México gozamos de libertad de expresión. ¡SUSCRÍBETE A TVYNOVELAS Y TODAS TUS REVISTAS FAVORITAS! Te podría interesar: Gaby Spanic y Enrique Guzmán: las demandas de las que no se salvó Gustavo Adolfo Infante