Con 25 años de carrera en la TV, Toño Rosique salió de su zona de confort y resultó airoso en su aventura; aquí nos explica cómo logró ese éxito.
TEXTO: Toño Hermida: @tonohermida tithoproducciones@gmail.com.
Toño Rosique se distingue por el estilo poético plasmado en cada una de sus narraciones o coberturas en el mundo del deporte. Pero vaya sorpresa nos llevamos al verlo de conductor de Exatlón, reality deportivo que necesitaba una figura fuerte, decidida y, sobre todo, motivadora para todo lo que ahí se vive. Es así como el comentarista empezara a dar las pinceladas correctas para definir su conducción con un estilo muy particular al que sólo él puede darle vida, y nos dimos cuenta de que hay proyectos que te eligen para que los lleves a la audiencia. Así podríamos describir su recorrido en las cuatro temporadas del reality realizado en República Dominicana y que le cambió totalmente la vida.
¿Cómo generas este estilo de conducción, único en televisión?
“Con el paso del tiempo. En febrero cumplí 25 años en la televisión, y lo celebré en Dominicana, mi casa desde hace cuatro años, y teniendo la fortuna de narrar la aventura llamada Exatlón. https://www.instagram.com/p/CNlzAIaBp5_/
“Hace cuatro años narraba partidos de futbol o Juegos Olímpicos, haciendo noticias y entrevistas con todo lo relacionado con el deporte, y de repente apareció esa oportunidad, un show diferente en la televisión mexicana, y me tuvieron la confianza de abrazar la primera temporada.
“Cuando llegué fue ir descubriendo de qué se trataba, encontrar la fórmula de comunicar lo que pasaba, la manera de contarle una historia al público todos los días, porque es un programa de tres horas en las que pasan muchas cosas, y fuimos dándole una personalidad, una narrativa, una mística...
¿Fuiste encontrando las frases y palabras que utilizabas?
“Todo pasó de manera experimental. No me entregaron una franquicia en la que te dan las reglas de lo que se dice y hace. Exatlón emana de otros programas de aventura, y sí creamos un cambio, le dimos nueva identidad.
¿Cómo ocurrió esto?
“Los primeros programas iban saliendo, pero después de dos o tres semanitas, uno se para en la plataforma y dice: “¿Ahora qué les digo a estos atletas, medallistas olímpicos, premios nacionales del deporte, campeones mexicanos y, en algunos casos, campeones del mundo?”. Eran cuatro discursos al día. Sabía que quien estaba aprendiendo de ellos era yo, y dije: “¿Cómo los motivo? ¿Qué les digo a ellos que me están enseñando a mí?”. Así les hablé en un idioma que entienden, de personajes que ellos conocen. Soy periodista, me encanta leer, he escrito libros entrevistando a Michael Phelps, a Usain Bolt, y puedo recoger eso que aprendí de ellos, les decía lo que alguna vez me dijeron. “Metimos frases y comenzó a tener sentido, comenzaron a motivarse y luego ya no sólo eran frases de deportistas... Encontré que en el Ejército hay muy buenas frases de supervivencia, busqué a gurús de la adaptación y comencé a leer como loco. Estuve en una comunidad muy pequeña, donde tenía tiempo para leer, y comencé a divertirme escribiendo mis discursos todos los días. Así se tejió eso, donde he narrado, creo, siete mil carreras.
¿Cómo te adaptaste a recluirte tanto tiempo para grabar las temporadas?
“Aquí entendí lo que era el verdadero alto rendimiento. Llevo 25 años entrevistando a deportistas de este perfil, y en República Dominicana me di cuenta de lo que es un comunicador de alto rendimiento. Sabes a qué hora entras, pero no a qué hora sales. “Todos los días, mi jornada comenzaba a las 7 de la mañana, hacía ejercicio, y a las 9 estaba en locación con la mente despejada para memorizar, ya que no usábamos telepromter. “En ocasiones había locaciones nocturnas que terminaban a las 2 de la mañana, y en un día había que descansar lo suficiente, hidratarte bien, dormir mejor, alimentarte bien y poder soportar; de lo contrario, en seis semanas estarías fuera, porque te enfermas, te pasa algo, se te acaba la voz... “Así que busqué técnicas de atletas de alto rendimiento, y la aventura fue muy interesante. En las primeras tres temporadas estaba solo; en la cuarta me acompañó mi esposa, Michelle Saide. Fueron 30 semanas así.
¿Este reality te cambió la vida?
“Mucho, porque sí estaba acostumbrado a trabajar todos los días, pero no es lo mismo un programa de media hora que uno de tres horas. Además, aquí tenía el compromiso de liderar a 20 chicos e ir haciendo una narrativa. Estuve en un pueblito de 30 mil habitantes, donde sólo hay un supermercado, no hay cine... Claro, hay playas hermosas, pero tampoco te la pasabas ahí todo el día. Lo que quería era ya no tener sol, porque estaba bajo éste todo el día. “Cuando llegaba a casa quería tranquilidad y aire acondicionado para descansar. Me sacaron de mi zona de confort en todos los sentidos; lo bonito de esto es que cada día era distinto. Un reality show demanda mucho emocionalmente; todos los días hay lágrimas o euforia, cambia de un día de gloria extrema a otro con un problema entre los competidores. Se cocinan un montón de emociones, uno es humano y lo absorbes todo.
¿Extrañas la faceta de periodista en el mundo del deporte?
“Extraño la sensación de libertad que te da hacer un programa con un horario especifico y luego estar libre. De vez en cuando sí extrañas un buen partido de futbol o el contacto con algunos colegas, pero esto era tan absorbente, que me quedaba poco tiempo para pensar en ello. Extrañaba salir al cine, al teatro, ir a un restaurante o reunirme con mis amigos, pero en donde estaba sólo había tres restaurantes, y con el COVID todo se agudizó, había toque de queda a las 7 de la noche. Las jornadas de trabajo eran largas, pero fue una aventura muy bonita y me siento privilegiado. ¡SUSCRÍBETE A TVYNOVELAS Y TODAS TUS REVISTAS FAVORITAS! Te podría interesar: Sin filtro\ Luis Felipe Tovar: “Mi hijo enfermó de COVID, ¡me dio terror!”