TEXTO: LILIANA LEJARAZU • FOTOGRAFÍAS: EDSON VÁZQUEZ, ARCHIVO, WEB
Luego de ser coach en La Voz... Kids en Estados Unidos, la española Natalia Jiménez ha llegado con todo a su silla en La Voz... México, y sus compañeros ya la han calificado como la villana de los coaches por su sinceridad.
Pero cuando platicamos con la exintegrante de La Quinta Estación descubrimos que es más buena que el pan, sólo que debido a su gran experiencia y trayectoria aceptó que no se quedará callada cuando oiga desatinos en el escenario.
A la par de su participación en el reality, producido por Miguel Ángel Fox, ya prepara su nueva producción discográfica, y lo que la tiene más contenta es su faceta como mamá de la pequeña Alessandra, quien está por cumplir dos años y la aguar- da en su casa de Miami.
“YO TENGO OÍDO Y HAY COSAS QUE NO ME CUADRAN” ¿Cómo te ha tratado La Voz... México?
Súper, estoy muy contenta de haber sido invitada al programa porque aparte ha sido uno de esos proyectos donde nos llevamos bien los coaches, nos morimos de risa, estamos todo el día bromeando, y cuando nos peleamos por los chicos ha sido sensacional; hay unos momentazos en el programa que no se pueden perder.
¿Ya conocías personalmente a tus compañeros? Conocía a Maluma porque lo invité a La Voz... Kids de Estados Unidos como mi cocoach, que fue en la primera temporada que hice de ese programa allá, y luego hicimos una versión de una canción mía en remix, Algo brilla en mí;. A Carlos Rivera lo conocí en unas sesiones que tuvimos para escribir canciones con Spotify en Miami, y fue genial, nos llevamos bien desde el primer momento, porque como los dos tenemos una voz potente, decimos: “Ay, te entiendo”. Y a Anitta y a Lelé las conocí aquí en el programa. Lelé divina, porque en el momento que me conoció me dijo: “¡Yo soy tu fan! ¡Amo tu música! ¡Siempre te he amado!”, y Anitta es muy simpática, creo que ella es una muy buena adición al programa porque es como la buena, a ella todo le gusta.
¿Cuál dirías que es tu característica especial como coach? A mí me dicen que soy la mala, pero no, lo que pasa es que tengo oído y hay cosas que no me cuadran, ¡hay cosas que no son de Dios! Entonces, a veces oigo gente que desafina un poquito y pongo cara como de haber chupado un limón. Suelo ser bastante sincera con las cosas que digo, y parece que a los chicos eso se les ha contagiado, porque al principio nadie se quejaba de nada y yo decía: “Soy la única que se queja”, pero de repente empezaron a unirse conmigo. ¡Ah! y Carlos es el presidente de La Voz, conoce a todo el mundo, cuando lo agarro del brazo siento que soy la primera dama de México (risas).
¿Con quién te peleas más a gusto por los participantes? He tenido muy buenas peleas con Maluma y Carlos, me he peleado muy a gusto; a Maluma me lo bloqueé.
¿Qué le vas a aportar a las personas de tu equipo? De la gente que está en el programa soy la que tiene la carrera más larga, empecé a cantar hace muchísimos años con La Quinta Estación, tengo la experiencia de haber viajado a otro país, de haber estado de solista, de haberme ido bien y mal... Arriba y abajo he tenido una experiencia bastante grande, y eso es bueno para enseñarles a los chicos que no sólo es el éxito lo que vale; en técnica vocal tengo mucho qué enseñarles.
¿Te trajiste a tu familia para acá?
No, mi familia está en Miami muy a gustito, estos viajes han sido cortos, de dos semanas, pero si hubieran sido de más tiempo, sí me traería a mi hija.
“TENGO TODO: MI TRABAJO Y MI FAMILIA” Está muy chiquita, ¿no la extrañas?
Sí, la extraño horrible, cumple dos años el 20 de octubre y está monísima, pero es un terror, no la puedo llevar a ningún sitio. Uno está con los hijos desde que nacen, pero llega un día que dices: “Me tengo que ir a trabajar, pero estoy muy feliz”; es una etapa muy bonita porque tengo todo: mi trabajo y mi familia. Antes, cuando terminaba de trabajar me iba a casa sola, y ahora llega la niña corriendo y me dice: “¡Mami!”.
¿Ya te ha visto en la tele?
Bueno, ella ha ido a muchos conciertos míos; en diciembre del año pa- sado, con un añito, la llevamos de gira, estuvo en Nueva York, en Sacramento, Anaheim... en un montón de conciertos. A mí me daba igual, me la llevaba al show, la poníamos en backstage y le ponía los audífonos, le hicieran daño, y se quedaba dormida mirándome en el escenario, la debo de aburrir horrores.
¿Piensas traértela a México?
Espero traérmela sólo un rato, porque cuando estamos haciendo estas grabaciones es muy pesado: llego aquí a las 8 de la mañana, y hasta las 8 de la noche no paro de trabajar, y para tenerla en el camerino, prefiero que esté en casa y vea a sus primitos, a la tía, a la abuela y a todo el mundo.
¿Cambió tu vida al ser mamá?
¡En todo! Cambia tu vida, tus horarios, te cambia la cara porque ya no duermes, pero lo que me cambia sobre todo es que tengo algo a qué llegar después de trabajar; antes todo bien con mi marido, pero de llegar a casa y sentirte como cuando eres pequeño y decir: “Ay, tengo una familia, me están esperando”... Eso es muy lindo.
¿Ya preparas nuevo disco?
Sí, de hecho me parece que la persona con la que voy a grabar un dueto ya está grabando las voces, lo cual me llena de orgullo; no puedo decir quién es, pero dentro de poquito ya saldrá el primer sencillo, si Dios quiere para finales de octubre. Será un disco inédito y estoy preparando por ahí una sor- presa más dedicada a México, pero no puedo contar más.
¿Qué significa México para ti?
México es mi casa; ahorita me fui a Miami a vivir con mi marido y tengo a mi hija allá, pero aquí viví los mejores años de mi vida, me vine con 22 años, me fui a los 29, entonces, viví aquí todos mis años mozos, así que México es todo; si no hubiera venido aquí a hacer mi carrera nadie me hubiera conocido en ninguna parte.