Platicó también sobre sus inicios en el medio artístico.
Ana Brenda platicó en exclusiva para la revista Cosmopolitan y recordó un poco de sus inicios en el medio artístico, así como de su romance con Alejandro Amaya, su actual marido.
FUERTES CRÍTICAS POR SU NARIZ Y TONO DE PIEL
“Mi historia es una mezcla de suerte y esfuerzo. Cuando cumplí 15 años, vi un casting de un reality show que se llamaba Pop Stars y le hice a mi papá una huelga de hambre con tal de que me dejara hacerlo. Finalmente hice el casting, y entre 16 mil niñas me quedé? Para no hacerte el cuento largo, como el reality era de Televisa, me invitaron a estudiar actuación y aquí estoy”, mencionó la protagonista de una de las telenovelas más exitosas del momento, Corazón Indomable.
Ante la pregunta de si se sintió derrotada alguna vez, comentó: "¡Muchas! Yo llegué a la Ciudad de México sin palancas y sin conocidos, y no te puedo decir la cantidad de castings que hice y fracasé, aunque le echaba todas las ganas. Estar sola era muy duro, y varias veces pensé en tirar la toalla porque no la iba a hacer. Recibía muchas críticas porque soy morena o porque mi nariz no es finita o porque mi cuerpo tiene curvas. Ahora doy gracias a Dios porque esas cosas me hicieron más fuerte. Aunque lloré noches enteras...”.
LLEGÓ EL AMOR
Ana Brenda declaró que cuando menos quería una relación, conoció a Alejandro, el torero con quien se casó en Las Vegas.
-¿Cómo se conocieron?
“Gracias a una amiga común; Alejandro vive en España y esta amiga (Roberta) nos invitó a una comida una vez que él estaba en México. Nos presentaron, pero estaba cada quien por su lado. Como un mes después, me fui a España con mi amiga y nos tratamos un poco más, pero empezamos a salir tiempo después porque en realidad ninguno estaba buscando eso? Simplemente se dio”.
-¿En qué momento supiste que él era Mr. Right?
“Yo suelo creer en el karma y siempre dije que cuando uno actúa bien, le pasan cosas buenas; pero desgraciadamente no siempre es así. O queremos cosas buenas con las personas equivocadas. Yo siempre decía que si me portaba bien, el universo me mandaría cosas padres? y Alejandro me gustaba mucho, tenía cosas tan bonitas, que yo decía: ‘Él tiene que ser mi karma bueno, mi premio a las veces que la he pasado mal’”.
“Gracias a Dios me siento más guapa y mejor que nunca; porque también tengo conmigo a alguien que me lo dice todos los días y es padrísimo, ¿no? Tener a alguien que le parezcas la mujer más hermosa del mundo te da una seguridad impresionante”, expresó.