Los protagonistas de Amor amargo confesaron el dulce sabor que les dejó esta historia; además él nos cuenta sobre la próxima llegada a sus 50 años y ella, todo acerca de cómo ha equilibrado su vida como mamá y actriz.
Él comenzó en TV Azteca en el año 2000 con un personaje de reparto en el melodrama El amor no es como lo pintan, mientras que ella hizo lo propio en 2006 integrando el elenco de Bellezas indomables. Con el paso del tiempo fueron construyendo una carrera sólida, obtuvieron protagónicos y se convirtieron en estrellas del canal del Ajusco; sin embargo, desde que llegaron a Televisa sus vidas dieron un giro de 180 grados y ahora son un furor en la calle con el éxito obtenido en Amor amargo, producción de Pedro Ortíz de Pinedo que termina sus transmisiones este domingo 23 de febrero.
La proyección que disfrutan Andrés Palacios y Ana Belena, producto de esa mudanza que hicieran a San Ángel los ha llevado a otra dimensión, sin demeritar lo que hicieron en el pasado. El galán ya suma 10 estelares en Televisa; y ella, cuatro, aunque esta es su primera vez como protagonista dentro de la empresa. “Aunque ya había protagonizado en TV Azteca, Telemundo e Imagen TV, esta vez me tocó aquí y me quedo con un sueño hecho realidad porque protagonizar en el canal las estrellas ha sido un sueño para mí, desde que era una niña lo anhelaba, y me quedo con grandes aprendizajes, compartir con Arturo Peniche, con Daniela Romo, aprenderles, porque siempre se les aprende a esos primeros actores, nada más estar en escena con ellos, sentir su energía, fue todo un honor y nunca se me olvidarán sus valiosos consejos”, dice la actriz en entrevista con TVyNovelas.
Al actor, el proyecto le dejó un sabor de boca “bastante dulce, en el sentido de interpretar personajes con mucho más carácter, personajes mucho más vulnerables, sí me había tocado personajes muy emocionales, pero esta vez lo llevé a una frontera más lejana de lo conocido, o sea, ciertas actitudes y emociones cambiaron”.
“Aquí la vulnerabilidad, en el caso de los hombres, está un poco penada, culturalmente los hombres tenemos que ser más resistentes, tolerantes y no podemos mostrar cierta debilidad o cierta fragilidad ante ciertas situaciones como llorar, para mí este personaje es con el que más he llorado en toda mi carrera, pero eso es algo que me gustó mucho, es una historia escrita desde el lugar de un hombre fuerte, exitoso, con una visión de liderazgo, autosuficiente, empresario, pero que el hecho de tener pérdidas familiares, como el caso de sus padres, hace que se rompa, se dio la oportunidad de sentirse triste, mal, necesitaba sacarlo a través del llanto, eso fue algo que valoré mucho y que se reconoció por parte del público”.
Ser madre y actriz no ha sido una tarea fácil, pero con mucha organización, la artista ha podido brillar en ambas facetas.
Ana Belena camina por los pasillos de San Ángel y todavía no se lo cree, pues desde pequeña visualizaba estar ahí, aunque la vida primero la llevó a recorrer otros caminos. “Crecí con Rubí, con La usurpadora, recuerdo que cuando era niña veía tan hermosa a Gaby Spanic, quien hizo una gran actuación, recuerdo Alborada, con Lucero, por supuesto que Rebelde, me tocó esa generación, no me la perdía. Igualmente me pasaba con Lazos de amor, esas tres mellizas, yo estaba muy chiquita, pero en mi casa se veían las telenovelas y me sentaba a verlas, por eso hoy, poder estar en esos foros y haciendo lo que me apasiona en la vida, compartiendo con muchos actores que yo veía desde niña en la televisión, es increíble”.
“Tengo un niño de cuatro años, cuando tenía cinco meses comencé a grabar Diseñando tu amor, lo seguía amamantando, entonces me sacaba la leche y se la mandaba en loncheras con hielo, me lo traían a la hora de la comida para verlo, estaba el COVID todavía, la gente no salía de sus casas, se usaba el cubrebocas, caretas. Entonces fue una gran aventura”
Su matrimonio con José Lascurain fue la mejor decisión que tomó, pese a que sólo llevaban un año de novios cuando se casaron.
“Siento que elegí muy bien, elegí un gran marido que es mi gran equipo, el ama a lo que me dedico, respeta que soy actriz y siempre me impulsa para que yo siga realizando mis sueños y la responsabilidad de tener hijos es de dos y él lo tiene muy claro, también cuento con el apoyo de mi familia, mi mamá, mi suegra, mi hermana, de la nana de Thiago, y mi hijo sabe que mamá se va a trabajar, que ama lo que hace, que le apasiona y creo que uno siempre educa con el ejemplo, para mí es muy importante que Thiago vea que sus papás hacen lo que les apasiona en la vida”.
La protagonista de Amor amargo espera regresar pronto a las pantallas, pero mientras tanto aprovecha el tiempo para estar con su niño, quien se ha adaptado perfectamente a su popularidad. “Desde que es bebé sabe que mamá sale en la televisión, se da cuenta que cuando salimos la gente se me acerca, me pide fotos o me hacen comentarios del proyecto en el que esté, para él ya es familiar, también me lo llevo al set y él entiende que cuando se está en escena no se puede hablar, no se puede mover, entiende la dinámica. Su papá también se dedica al medio, pero desde el otro lado, y también se lo ha llevado al set, entonces ha crecido en este ambiente, sabe cómo debe comportarse, sabe que es nuestro trabajo”.
Andrés, ya con 50 años...
La vida ha sido bondadosa con el actor que el 13 mayo cumplirá 50 años y eso es un motivo para pasar todo 2025 celebrando. “Es raro porque es un número que veía sumamente lejano, entonces ya estar a la vuelta representa una sensación peculiar, pero al mismo tiempo me lleva a una reflexión de que he sido sumamente afortunado de que he podido cumplir muchos de mis sueños, que sí me faltan otros, pero ya lo logrado es un ganancia”.
En estos momentos, por ser apenas febrero, Andrés no tiene idea de la manera en qué festejará, lo que sí tiene claro es que la fecha no pasará por debajo de la mesa. “No sé todavía cómo los voy a celebrar, de pronto puede ser con viaje, porque me fascina viajar, me gusta conocer lugares nuevos, nuevas culturas, y cuando tengo la posibilidad me lo regalo, si no es con mi familia, que es como mi idea, de poder estar con mi mujer, mis hijos, me lo regalo con mis amigos, con mis compañeros de trabajo, o con quien me toque, pero sí, es raro pensar en el número 50”.