La primera emisión de la telenovela colombiana “Yo soy Betty, la fea”, en 1999, está llena de curiosidades e historias que podrían parecer sacadas de un cuento, pero ocurrieron realmente. Tanta fue la fascinación por la historia, que ésta se llegó a transmitir simultáneamente en televisión y radio para que quienes estuvieran fuera de casa no se perdieran un solo segundo de la trama que conquistó al mundo.
Al momento de grabarse “Yo soy Betty, la fea”, nadie se imaginó el furor que causaría, y mucho menos que se pusiera de moda un artículo tan irrevelante como unos simples anteojos... ¡pero así fue! El modelo de gafas de “Betty” resultó ser todo un hit e impuso una moda que incluso ocasionó que el armazón se agotara en todas las ópticas.
ANA MARÍA OROZCO Y LOS PROBLEMAS QUE PASÓ CON LAS GAFAS DE “BETTY”
Rosita, quien formó parte del equipo de vestuario de “Yo soy Betty, la fea”, y que estaba encargada principalmente del clóset de Ana María Orozco, recordó en una entrevista que las míticas gafas que usaba el personaje se tenían que cambiar prácticamente cada semana debido a una serie de accidentes... sin embargo, nadie contó con que serían cada vez más difíciles de conseguir, pues todos las querían.
“Las gafas eran caóticas porque Anita era bastante necia en ese sentido. Las dejaba por cualquier sitio, se sentaba en ellas, se recostaba, las movía mucho también cuando no las estaba usando, entonces sí, se dañaban con mucha frecuencia”, contó Rosita en la entrevista.
Aunque en un principio los anteojos no representaban problemas, pues se contaba con varios armazones similares. No obstante, las reservas se fueron acabando y también las existencias en las ópticas debido al furor que existió por el personaje de “Betty”.
“En un principio era muy fácil, pero después como que se fue agotando el recurso porque eran unas gafas costosas y después se volvieron de moda también y ya fue más fácil”, señaló Rosita.
Como ves, aunque el armazón podría parecer de los baratos, no lo era. Sin embargo, la popularidad de “Betty, la fea” ayudó a que, con el tiempo, el artículo se volviera más económico y fácil de conseguir, aunque sí hubo un tiempo en que las gafas representaron un dolor de cabeza para el equipo de vestuario de la telenovela.