El doctor le ayudaba a colocar la prótesis de la nariz.
Conrad Murray, el médico que atendió a Michael Jackson y que estuvo preso por dos años por la muerte del cantante, asegura que él no lo mató, que fue el mismo ‘Rey del pop’ quien acabó con su existencia.
El cardiólogo comenzó a dar sus primeras entrevistas tras salir de la cárcel en octubre.
“Yo no maté a Michael Jackson. Era un drogadicto. Michael Jackson accidentalmente mató a Michael Jackson?, relató Murray al periódico The Mail on Sunday.
Reveló que encontró a Jackson “en crisis al final de su vida, lleno de pánico y miseria”, mientras se preparaba para su gira de vuelta a los escenarios en 2009.
“Al final, Michael Jackson era un hombre arruinado. Intenté protegerlo, pero en lugar de ello caí junto con él”, dijo al periódico.
Murray insiste que no sabía que el fallecido artista era adicto a algunos medicamentos y que accedió a suministrarle cantidades de propofol porque el cantante no podía dormir.
CULPABA A SU MADRE
Según el médico, Michael culpaba a su madre, Katherine, por haber permitido que su padre lo explotara. Además estaba muy estresado por la serie de conciertos programados en Londres y constantemente se refería a los ejecutivos que lo contrataron como ‘serpientes’.
Insistió en su versión de que fue Jackson quien se inyectó la dosis letal de propofol cuando él salió de la habitación.