Horacio no permitió que el temor le ganara y pudo cabalgar a Zapata (su caballo) sin problema para su nuevo personaje.
Un nuevo reto ha llegado a la vida de Horacio Pancheri, quien como actor disfruta de cada situación a la que su profesión lo va enfrentando, como ahora que interpretará a un villananazo, se trata del malvado Alito Buitrón en la nueva telenovela del productor Salvador Mejía, Me atrevo a amarte, que se estrenará el 24 de febrero a las 18:30 horas por las estrellas.
“¡Seré malo, malo, malo!, es divertido, porque es la primera vez que me toca ser un personaje bien malvado y me estoy divirtiendo, soy malo con todos, me van a odiar, pero bueno, es parte de la novela y de las historias, siempre tiene que haber un malo y ahora me tocó a mí.
“Me gusta siempre salirme de la zona de confort, no me gusta siempre hacer lo mismo, arranqué en México hace 10 años mi carrera haciendo protagonistas buenos y luego me empezaron a dar más antagónicos y empecé a hacer villanos, luego me fui a hacer unas series para Amazon en donde hacía de un homosexual, entonces me gusta siempre estar cambiando de personajes para no hacer siempre lo mismo, que la gente diga: ‘Horacio puede hacer cosas diferentes’”, nos contó el histrión.
Uno de los desafíos a los que Pancheri se ha enfrentado es al acento; sin embargo, ha sacado su profesionalismo a flote.
“Ha sido todo un reto, un desafío grande para mí, porque nunca hice de un mexicano tan así, como de rancho, como esta historia, así que tuve clases de acento con Raúl Román, donde bajamos la voz, hablamos más lento, marcamos las palabras, marcamos las “s”, cosa que el argentino se las come, así que Chava Mejía y los directores están contentos con el acento que estoy logrando”, detalló.
Si algo representó un desafío para el actor fue subirse a un caballo, tal como lo marca su personaje, pues en anteriores experiencias, el saldo no fue positivo.
“Son unos animales espectaculares, me encanta montarlos, conectas mucho con ellos, son animales muy energéticos y mágicos, cuando me dijeron que tenía que montar, dije sí, aunque hacía mucho no montaba, pues viví la experiencia de caerme de un caballo hace unos años, gracias a Dios no pasó nada, pero bueno, uno se queda medio asustado.
“Lo que pasó es que en una película en España me tocaba montar uno, yo estaba vestido de soldado y no sé si con la espada lo piqué sin querer o qué, y se paró en dos patas y nos caímos de espaldas los dos, él no se cayó arriba mío, gracias a Dios, fuimos uno para cada lado, pero después de ahí me asusté y no monté más”.
Aunque el miedo persistió en un principio, el actor decidió dejarlo del lado, pues sabe que los equinos son muy sensibles.
“Estos animales perciben mucho el miedo de la persona, si uno tiene miedo, ellos sienten, son animales muy sensibles y sensoriales, también se asustan mucho, son bastante miedosos y piensan que los va uno a lastimar, entonces si uno llega con confianza, como llegué ahora con Zapata, que se llama así, la verdad que me pareció increíble porque conectamos muy bien y me hizo tener mucha confianza en él, ahora estamos montando fuerte y está muy bien, divertido”.