En 37 años, nuestro país habrá recibido siete visitas papales, las cinco primeras de Juan Pablo II, a quien adoptamos como mexicano.
La visita pastoral de Francisco a México será la séptima que un Papa realice a nuestro país de 1979 a la fecha. Se convertirá así en el tercer jefe de la iglesia católica y primero latinoamericano que predique el Evangelio en suelo azteca. Antes lo hicieron el polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI. Más allá de los logros eclesiásticos y diplomáticos, las cinco giras encabezadas por Karol Wojtyla en 1979, 1990, 1993, 1999 y 2002 forjaron entre él y los fieles mexicanos un lazo afectivo único e indisoluble. Desde su primera visita, en la que sembró su amor por la Virgen de Guadalupe y se estremeció con el grito multitudinario ?Juan Pablo, hermano, ¡ya eres mexicano!?, entre otras manifestaciones de fervor religioso nunca antes vistas, comenzó a escribirse una historia cuyo recuerdo perdurará por siempre.
PRIMERA VISITA
(26 AL 31 DE ENERO DE 1979)
A tres meses de haber sido electo Papa, Juan Pablo II emprendió la primera visita pastoral realizada por Pontífice alguno fuera del Vaticano. Durante seis días visitó también las ciudades de Oaxaca, Guadalajara y Monterrey, donde ofició misas multitudinarias; y en la Basílica de Guadalupe, al hincarse a rezar ante la imagen de La Morenita y prometer consagrarle toda su vida. Al volcarse en la calles para vitorearlo, el pueblo también popularizó el grito: ?Juan Pablo II, te quiere todo el mundo?. Y cuando el avión que lo llevaría de vuelta a la Santa Sede sobrevolaba el Valle de México, millones lo despidieron con el sol reflejado en espejos. Esas manifestaciones marcaron la memoria del Papa polaco, de manera tal que desde entonces conservó sobre su escritorio una imagen de la Virgen de Guadalupe.
En la Catedral Metropolitana, Juan Pablo II acuñó el “México, siempre fiel”, con que ensalzó nuestra fe.
GESTO DE HUMILDAD. Al llegar por primera vez a México (1979), apenas descendió de la escalerilla del avión, Juan Pablo II besó el suelo. Fue un momento inolvidable.
SEGUNDA VISITA
(6 AL 13 DE MAYO DE 1990)
A invitación expresa del presidente Carlos Salinas de Gortari, Karol Wojtyla visitó por segunda ocasión México con un propósito, beatificar en la Basílica de Guadalupe a Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
Su Santidad visitó los estados de México, Veracruz, Aguascalientes, Jalisco, Durango, Chihuahua, Nuevo León, Chiapas, Tabasco y Zacatecas. Se presentó en 12 ciudades, cuyos habitantes volvieron a darle inolvidable acogida llamándole Peregrino de amor y esperanza. Nunca en la historia de México se había registrado tal movilización.
INOLVIDABLE. En el balcón de la Basílica de Guadalupe acuñó la frase “México sabe bailar. México sabe rezar. Pero, más que todo, sabe gritar”.
TERCERA VISITA
(11 Y 12 DE AGOSTO DE 1993)
Fue la más breve de todas y tuvo lugar en Mérida, Yucatán. El motivo de este viaje era asistir a la VIII Jornada Mundial de la Juventud, a celebrarse en Denver, Colorado. Antes de México, visitó Jamaica, donde homenajeó a los descendientes de los esclavos negros. En Mérida asistió al Encuentro con las Comunidades Indígenas en el Santuario de Nuestra Señora de Izamal, y se aprovechó para refrendar el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano. El Santo Padre enfocó sus discursos a los indígenas y al respeto a todas las etnias de la región.
SE REUNIÓ CON 52 ETNIAS. En Mérida convivió con indígenas en el Santuario de Nuestra Señora de Izamal.
CUARTA VISITA
(22 AL 26 DE ENERO DE 1999)
Una invitación del presidente Ernesto Zedillo para visitar nuestro país en calidad de Jefe del Estado Vaticano trajo por cuarta ocasión a Juan Pablo II. El pretexto fue también la entrega a sacerdotes y fieles de la exhortación apostólica Ecclesia in America, en el marco del Sínodo de los Obispos de América celebrado en México. A pesar de evidentes alteraciones en su sistema motriz, cumplió al pie de la letra el itinerario, todas sus actividades se concentraron en la Ciudad de México, donde encabezó reuniones multitudinarias. Asimismo, en el Estadio Azteca asistió al Encuentro de Cuatro Generaciones, donde pactó su fidelidad ante 120 mil personas que emocionadas escucharon: ?Estaré con ustedes hasta el fin de los días?. La carga emotiva fue tal, que Su Santidad comentó: ?Ahora sí puedo sentirme mexicano?.
FUE IMPRESIONANTE. Más de 120 mil personas se congregaron en el Estadio Azteca durante el Encuentro de Cuatro Generaciones. “Juan Pablo II, te quiere todo el mundo”, gritado por miles de voces, lo despidió el Coloso de Santa Úrsula.
QUINTA VISITA
(30 DE JULIO AL 1 DE AGOSTO DE 2002)
Circunscrita únicamente a la Ciudad de México, esta visita pastoral fue para muchos la de mayor grado de dificultad. La salud del Papa estaba ya deteriorada por los años, sobre todo por el mal de Parkinson; aun así, deseaba despedirse del pueblo mexicano por el que sentía gran aprecio. Eso no afectó la agenda, cuyo objetivo primordial fue oficiar, el 31 de julio, la ceremonia de canonización de Juan Diego en la Basílica de Guadalupe, para ungirlo como el primer indígena elevado a los altares y el número 464 en su pontificado. Por la tarde de ese mismo día, Juan Pablo II se despidió definitivamente de México, 23 años después de la primera ocasión en que besó la tierra de Santa María de Guadalupe.
INSÓLITO. Muy criticado fue el presidente Vicente Fox al arrodillarse para besar el anillo del Papa, ya que México es un país laico.
PRIMERA Y ÚNICA VISITA DE BENEDICTO XVI A MÉXICO
(23 AL 26 DE MARZO DE 2012)
Inscrita en su segundo viaje pastoral a América Latina, que también comprendió Cuba, su visita a nuestro país sólo contempló el estado de Guanajuato, considerado corazón católico de un México cuya iglesia acusaba ya crisis de credibilidad y pérdida de fieles. Aun así, el pueblo ofreció un recibimiento cálido al sacerdote alemán, aunque los pesimistas auguraban que la estrecha relación forjada por Juan Pablo II con los mexicanos ensombrecería su encuentro. En cada uno de los eventos masivos y recorridos por las calles coloniales de Silao, León y Guanajuato, los católicos dejaron en claro que México, con o sin Juan Pablo II, seguirá siendo fiel. La mañana del lunes 26, le ofrecieron a Benedicto XVI una ceremonia de despedida en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, antes de viajar a Cuba, donde concluyó su gira pastoral el 29 de enero.
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