Como un cuento de hadas? Rosa Salvaje llegaba al altar de la basílica de Guadalupe haciendo su sueño realidad
Luego del éxito de Los ricos también lloran (1979) y El derecho de nacer (1981), la popularidad de Verónica Castro la colocaron como una de las actrices favoritas del público.
En Rosa Salvaje, la estrella conquistó al galán de la época, Guillermo Capetillo.
El flechazo de estos personajes se da cuando Rosa entra al patio de una elegante mansión a robar fruta y es sorprendida por Ricardo, el dueño, quien la trata amablemente, y ‘La Vero’ queda enamorada de él.
Ricardo decide casarse con Rosa para molestarlas; iniciando de esta manera una historia de vergüenzas y trampas para la pobre e inocente ?Rosa Salvaje?.
Una historia de amor y de superación personal que termina con uno de los finales más esperados: la boda entre la chica pobre y sin educación con el joven apuesto y adinerado que llegó para salvarla.
El vestido de la novia azul resaltó en el descenlace donde todos querían ver a ?La Vero? como una verdadera novia de telenovela.
La boda de los protagonistas en la Basílica de Guadalupe causó tumultos, lágrimas y suspiros. Verónica Castro jamás se vistió de novia vida real. ¡Nunca se casó!
Sin duda, la producción de Valentín Pimstein conquistó los corazones de los televidentes con su personaje memorable: Rosa Salvaje y su corazón puro.
En aquel entonces, Verónica Castro tenía 35 años, aunque parecía más joven.
Un éxito internacional. Los protagonistas conquistaron al público con esta historia de una humilde huérfana que estuvo llena de sufrimientos, pero ella les hacía frente con su carácter alegre y jovial, apoyada siempre por su inseparable Manina Tomasa (Magda Guzmán)
Como un cuento de hadas? Rosa Salvaje llegaba al altar de la basílica de Guadalupe haciendo su sueño realidad
