Nicandro Díaz murió el 18 de marzo de 2024 luego de un accidente en moto en Cozumel.
Para Nacho Sada resultó una tremenda sorpresa que los ejecutivos de Televisa le confiaran una telenovela en el horario estelar de las estrellas después de 24 años cuando hizo La intrusa. Él esperaba que esa reunión con su jefe fuera para asignarle otro melodrama vespertino; sin embargo, la misión que le encomendaron era asumir el proyecto que tenía en mente Nicandro Díaz cuando falleció, sorpresivamente, en marzo de 2024.
Al productor le tocó fusionar equipos de trabajo y unirse a la plantilla de Nicandro para sacar adelante la telenovela A.MAR, que hoy se transmite a las 20:30 horas. El desafío, de entrada, lo tenía un poco nervioso, pero con el tiempo lo asumió como un homenaje a quien fuera más que un colega de la televisión.
Nacho asegura que el querido productor Nicandro Díaz era más que su amigo y compadre, era su hermano.
“Él era más que amigo, mi compadre, hermano, pero la vida, el destino, obraron de manera sumamente misteriosa y al mismo tiempo emotiva. Porque heredar o recibir esta encomienda a sabiendas de que él la estaba trabajando, es un gran compromiso, es un privilegio, un honor, por eso había que estar a la altura de las circunstancias porque es una historia que Nicandro comenzó a elaborar; sin embargo, cada uno de nosotros, como productores, tenemos un sello particular, debo decir que la historia ha sido absolutamente respetada, a como él la tenía planteada”, dijo Nacho Sada en entrevista con TVyNovelas.
Según el creador de historias como Un refugio para el amor, cuando leyó los libretos sabía que se trataba de una historia que iba a conectar con el público porque es un melodrama tradicional.
“Obviamente uno le va imprimiendo su sello, con el elenco, con las locaciones, con el vestuario, con diferentes cosas, pero tratamos de ser congruentes con lo que la historia demanda en términos de narrativa, de tono, y es un proyecto muy sólido, y no lo digo en plan soberbio, lo que pasa es que Nicandro siempre tuvo el gran tino de ser muy cuidadoso con sus historias, trataba de buscar tramas que pudieran funcionar en base a lo que demanda el horario, y esta historia no es la excepción”.
El productor Nacho Sada le apostó todo a su grupo de escritores para adaptar un drama de otro país. “Es un remake de una telenovela chilena, de Jonathan Cuchacovich, se llamó Amar profundo y es una novela que permea, indistintamente, de su país de origen, por las circunstancias que componen o los elementos que conforman esta historia, que resultan universales, porque es la búsqueda del amor en medio de una serie de vicisitudes que se les presentan a los personajes, como siempre digo, en estas historias que son totalmente blancas, para que haya buenos tiene que haber malos, entonces tenemos de todo, lo más importante es que tenemos un poquito de todo para distintos públicos, o sea, tocamos el amor maduro, la pareja protagónica, está la parte ligera, medio comedia, el amor juvenil, un par de personajes infantiles que viven una serie de experiencias muy bonitas, muy divertidas, a lo largo de la historia, esto ayuda a que los niños se interesen en el proyecto y lo vean porque sí está hecho para toda la familia”.
Grabar en la playa era necesario para imprimirle realismo a las escenas en las que se detonan los principales acontecimientos de la trama, por eso, el elenco viajó hasta el interior de la República.
“Fue un proceso largo, al principio estuvimos como unas tres semanas y ahora acabamos de hacer el cierre, ahí en el estado de Nayarit, con temperaturas muy cálidas, y no es lo mismo ir a trabajar que irse de vacaciones, pero la gente siempre tuvo muchísimo ánimo, muchísimas ganas, se volvió un poquito pesado por el calor, debido al clima unos se cansan más, batallan con el Sol, pero fue una experiencia muy gratificante.
“Nuestra finalidad era hacer el proyecto de la manera más digna, el principio de la producción es siempre el mismo sin importar el horario, es una gran responsabilidad porque por parte de la empresa esto representa un voto de confianza, fueron muchos sentimientos encontrados, de felicidad, de nostalgia, pero también de angustia, de preocupación por el reto”.
Como buen alumno de Valentín Pimstein, Sada defiende el género que tanto ha gustado en el resto del mundo. “Es un melodrama tradicional, actual, pero con la esencia del melodrama. La telenovela sigue vigente, pero debemos contar una historia que no se sienta vieja, con esos elementos que hace que el público se entretenga, ese debe ser el cometido: aspiracional, con personajes que hagan soñar al espectador. Yo creo que son los mismos ingredientes, lo que se va cambiando es la receta”.
