Desde 1955, el libro de Récord Guinness ha almacenado miles de singulares historias y hazañas en todo el mundo, muchas de ellas sobre cosas que aunque parezcan irrelevantes, implican el logro de que ninguna otra persona en el mundo puede decir que hizo lo mismo. Esto lo tuvo más que claro David Clarkson, uno de los últimos ganadores de la competencia, quien a sus 69 años tachó uno de los retos que tenía pendientes en su lista de propósitos a cumplir.
120 bares en 24 horas: el divertido reto que le valió a un hombre de 69 años ganar un Récord Guinness
Tras jubilarse de su trabajo como contador, David Clarkson, decidió que tenía tiempo libre suficiente para cumplir cualquier meta que se le ocurriera, incluyendo ganar un Récord Guinness por pasar 24 horas en distintos bares. Por lo que emprendió una ardua búsqueda para conocer los lineamientos que le podrían ayudar a ser incluido en el libro de récords mundiales.
Es así que descubrió que un par de amigos australianos habían entrado a la plataforma gracias a que dedicaron un día entero de su vida a recorrer 99 bares.
Lo que nunca imaginaron, es que poco después un rival más ágil les arrebataría el título, mucho menos que se trataría de un hombre de 69 años que tenía en mente llevar esta misión a otro nivel.
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Así fue el proceso para convertirse en el ganador indiscutible
De acuerdo con la información disponible en la plataforma oficial de Récord Guinness, Clarkson aprovechó sus habilidades con los presupuestos y planeaciones para marcar una ruta que le diera el margen necesario para batir la meta necesaria. Una vez que lo tuvo claro, emprendió su recorrido guiándose de un mapa digital en el que ya tenía ubicados los sitios a los que iría.
Para que sus visitas fueran consideradas válidas, el hombre debía consumir al menos una bebida, misma que podía ser o no alcohólica, pues el único requisito era que pagara por ella. Con el fin de mantenerse alerta, David optó por no consumir sustancias embriagantes, aunque una vez que tachó el pub 120 de su lista, ordenó una cerveza y festejó la culminación de su día, consciente de que sería el siguiente en ingresar al codiciado libro.
Durante parte de su plan estratégico, un jurado de Récord Guinness estuvo presente y corroboró que se cumplieran los lineamientos, aunque por temas de logística no pudo ser así todo el tiempo, de modo que el concursante debió entregar pruebas fehacientes para validarlo.