Los jóvenes de la Generación Z, la cual está marcada por los nacidos entre 1995 y el 2010, crecieron en un entorno mucho más tecnológico, sin embargo, a pesar de sus habilidades con el internet y los dispositivos electrónicos tienen una gran debilidad: el equipo de oficina
Aunque se les considera “nativos de la era digital”, en su ingreso al mundo laboral han tenido que enfrentarse a la presión de usar dispositivos como la impresora o el escáner, enfrentándolos con sus empleadores y compañeros más grandes. Este fenómeno es conocido como ‘Tech Shame’ o ‘Vergüenza tecnológica’ y casi siempre afecta a miembros de la generación Z.
De acuerdo con un estudio de LaSalle Network realizado en 2022, el 48% de los jóvenes graduados considera que no tiene la preparación tecnológica necesaria para sus empleos.
Por otra parte, el informe de la empresa HP, ‘Hybrid Work: Are We There Yet? (Trabajo híbrido: ¿aún estamos en él?)’, señaló que el 20% de cada 10 mil jóvenes empleados en todo el mundo se siente juzgado por no saber usar dispositivos electrónicos de oficina, mientras que la proporción de los empleados de otras generaciones era de solo el 4%.
La Generación Z prefiere pagar para que “lo hagan otros”
Un estudio de Halfords publicado en The Times, reveló que un 44% de los jóvenes de la generación Z decide pagar por tareas simples como cambiar el limpiaparabrisas, inflar las llantas del coche, entre otras actividades que no son especialmente complejas.
Incluso para tareas en casa tan sencillas como cambiar un foco o colgar un cuadro, el 11% de los ‘gen Z’ considera que es mejor idea llamar a un profesional. Además, otro porcentaje opta por el clásico “llamar a papá/mamá” para que realice estas tareas.
Además, un 30% de los jóvenes británicos consultados señaló que tiene problemas para identificar herramientas básicas como un destornillador de cabeza plana.