A cuatro años y medio de la pandemia por Covid-19 que atravesó el mundo, una nueva amenaza se hizo presente en el panorama de salubridad. Se trata del virus Oropuche, que desde hace varias semanas ha causado gran inquietud entre los investigadores y ha encendido las alarmas por su rápida propagación.
¿Qué es el virus Oropuche?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, el OROV, conocido coloquialmente como Oropuche, es una enfermedad catalogada entre los arbovirus, cuyos primeros avistamientos tuvieron lugar en 1955, en las zonas cercanas a Brasil para después expandirse a Bolivia, Perú, Cuba, Colombia, y más recientemente México.
Hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud, tiene contabilizados un estimado de 6 mil 976 casos tan solo en Brasil, aunque las cifras pueden varias debido al desconocimiento que aún existe de esta infección, además de la rapidez con la que podría haberse transportado a otros países, incluyendo México.
¿Cuáles son los síntomas del Oropuche?
Algunas de las señales de alerta que podrían indicar la presencia de este virus, misma que ha puesto en jaque a Brasil desde hace años, son:
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Rigidez en articulaciones
- Fotofobia
- Náuseas y vómitos
Si se detecta a tiempo y se sigue un tratamiento adecuado, estos malestares duran entre cinco a siete días. Mientras que en casos de mayor gravedad, existe el riesgo de que se manifieste meningitis aséptica, requiriendo un mayor periodo de recuperación.
¿Cómo se contagia el Oropuche?
En cuanto a las formas de contagio registradas, se sabe que el virus del Oropuche se transmite principalmente por la picadura de insectos conocidos como jején, llamados usualmente “mosquitos”. Sin embargo, no todos los animales de este tipo son transmisores y/o portadores, pues hay una especie que por su origen sí podría propagarlo.
¿Cómo prevenir los contagios de Oropuche?
Las recomendaciones generales emitidas por autoridades de salud insisten en que la mejor prevención para el Oropuche es mantener las zonas en las que se habita completamente limpias, evitando la acumulación de agua y agentes que puedan resultar atractivos para los mosquitos. Adicionalmente, según el tipo de ambiente que se habite, una opción funcional es utilizar repelente y poner mosquiteros en puertas, ventanas y espacios abiertos.